Cartas a un Ángel

Viernes 08 de Abril de 2016

¡Te mataría! Pero claro que lo haría... ¡Lo admito! Si pudiera, te odiaría... Pero me enseñaste a amarte y por ello tengo más ganas de odiarte...

¿Qué ganas con todo esto? ¿Cuál es tu punto? Yo no te odio, pero ¿Tú si a mí? ¿Es que acaso eres bipolar?

Eres un idiota, eso no te lo negare, pero ¡Dioses! No te vayas a enojar, sabes que esa es mi forma de mostrarte cariño...

-¿Ya no me odias, Aran? -no puedo ver mi propia cara, pero apuesto mi vida a que en ese momento fue un poema.

-Para que no me odies -¡Oh Dioses! No corrí a abrazarte porque bueno, había mucha gente y te ibas a quedar como de "¿Y esta loca?", pero te prometo que me derretí en mi lugar por el gesto.

Y cuando te pusiste a jugar con Apolo, no sé, ame ese momento, se veían tan lindos, era un cuadro bastante mono a decir verdad.

¡Te amo, idiota! Y eso no va a cambiar por tus ataques de bipolaridad, ni por nada en este mundo... Juro solemnemente que nada lograra separarme de ti, por el Estigio.

:v Bueno, bueno, esto se esta poniendo bastante cursi, y ser cursi no es mi estilo, así que pasare a seguir insultándolos, a ti y a tu bipolaridad...

Es que ah... Tú y tu tendencia a la bipolaridad son todo un caso (😕), Dioses, no comprendo como alguien puede ser tan tú, no sé que te hizo volver a hablarme, tal vez deba darle las gracias a Dionisio, o tal vez a Fortuna, tal vez incluso a Hera, o a Apolo... El punto es que has vuelto, ¡Santa vaca roja de Apolo! Los Olímpicos oyeron mis oraciones.

Cuando he llegado a casa, he pensado, no sé, ¿Existirá la posibilidad de que todo sea como antes? Quiero pensar que sí, pero he ido a casa de mi prima, me he conectado a FB, y no he podido hablarte, algo me lo impidió, y tú no me has hablado tampoco... Quisiera volver atrás, a aquellos días en los que tú me hablabas primero, cuando me contabas de tus problemas, cuando encontrábamos cualquier pretexto para hablar hasta las dos de la mañana, cuando mi madre me regañaba por estar todo el día pegada al móvil, cuando gastaba todo mi saldo hablando contigo, cuando tenía a quien hacerle dramas por estupideces, cuando tenía quien escuchará mis ridículamente pequeños problemas y me ayudará a resolverlos... Pero ya no es posible, yo tenía razón y tú no. Nada es para siempre...