Capitulo 1
Comienza una semana más de mí aburrida vida. Como mi vida se ha vuelto rutina, lo primero es tomar una ducha, luego ir a comer un nutritivo desayuno para después ir a la escuela.
Me encontraba en la mesa con mis padres y mis dos hermanos Agustín y Nicolás. Juntos hacen que mi vida sea una miseria.
No hablo mucho con mis padres, el psicólogo dijo que necesitaba mi espacio, y al parecer ellos se lo tomaron muy enserio.
Terminamos de tomar desayuno, tomo mis cosas para comenzar a caminar hacia el colegio, donde no hablo con nadie, absolutamente nadie. Antes cuando iba en cursos menores sí tenía una amiga Cloe, es su nombre, pero ella cambió, se comenzó a juntar con otras chicas a las que solo les interesaba el maquillaje y la ropa, y las tardes jugando con barro o las noches viendo películas se miedo se esfumaron con Cloe de mi vida, haciendo que me quedara sola.
Abrí la puerta de la entrada del colegio, como siempre llegaba muy temprano y en los pasillos no había nadie más que yo y el silencio. Me dirigí a la sala 212, mi sala de clases. Me siento en el último asiento de la segunda fila, me coloco mis audífonos y subo la música para no escuchar a nadie, aunque nadie estaba conmigo.
Veinte minutos pasaron hasta que llega Aaron, un chico que tiene millones y millones de amigos por toda la ciudad. Es conocido por sus escandalosas fiestas de todos los sábados, las cuales solo me han invitado una vez, pero no asistí.
Se sienta en el último asiento de la primera fila, por unos segundos siento su mirada posada en mí, no lo miro hasta que esa sensación cesa.
Puede que solo yo sepa su más íntimo secreto: le gusta leer y que utiliza los momentos de la mañana en para ello.
Los minutos pasan y los asientos se comenzaron a llenar. Alice, la cerebrito del curso se sienta en el primer puesto de la primera fila, Sammuel un chico callado que siempre entrega los trabajos a tiempo, se sienta dos puestos más atrás de Alice, Carla la que nunca para de hablar se sienta en el segundo asiento de la última fila y así sucesivamente.
Miro mi reloj de muñeca. Solo falta un minuto para que el timbre que indica el comienzo de las clases sonara. Me saco los audífonos, los meto en el bolsillo de mi pantalón y espero un minuto más. Suena el timbre e inmediatamente Cloe entra a la sala, se sienta en su puesto que todos le reservan y el profesor entra segundos después.
La clase de matemática terminó rápido. Tomé mi mochila y salgo de la sala para ir a mi casillero para repasar un poco antes de dar mi prueba de física a la segunda hora. Suena el timbre lo que me indica que ya no puedo seguir repasando. Tomo un lápiz y una goma para dar mi prueba de física, camino a la sala 233 y me dirijo al último asiento de la segunda fila. Espero a que el profesor llegue para dar mi prueba, pero no llega, en su remplazo entra el director de la escuela.
-El profesor de física no viene por el día de hoy-dice y la mayoría respira aliviado-Viene en camino un hombre que les va a hablar sobre la vida en otros planetas-todos en la clase hacen un sondo extraño parecido a un gemido-No quiero que hagan eso cuando el hombre llegue-dice serio-Se me olvidaba, tomen apuntes de lo que les diga el hombre, ya que entrará para la prueba de física-todos en la clase comienzan a protestar pero el director no hace caso y sale de la sala.
Cinco minutos después entra por la puerta un hombre alto y delgado, pelos alborotado con algunas canas a los costados, usa un traje negro con corbata y camisa, lentes anchos y polarizados, nos saluda y comienza con su discurso sobre la vida en otros planetas.
Algunos toman el lápiz y anotan lo que el hombre de taje negro dice. En cambio, yo tomo mi teléfono y grabo lo que el hombre dice.
-Hay muchos planetas que no sabemos de su existencia, por lo tanto no sabemos que hay ahí. Puede que estén más adelantados o más atrasados que nosotros, pero están. Creemos que sabemos muchas cosas, pero la verdad es que sabemos las mínimas ¿de verdad creen que somos los únicos en todo el espacio? ¿Creen que somos los únicos que tienen vida? Quizás la vida en otros planetas sí existe, pero no con personas, pero sí con bacterias, o otras cosas-dice el hombre, pero ciento que me lo dice específicamente a mí-No estamos solos, lo sé. Y algún día ellos vendrán por nosotros o nosotros por ellos-me mira fijamente.