Estoy hecha de pedazos rotos, de piezas de un puzzle que no encajan, de subidas y bajadas, de sueños y de promesas que se quedaron en el aire.
Y es que cuando has vivido tanto se te olvida el miedo, el miedo a perder, a la soledad y a la muerte.
No me considero especial, tal vez rara, un conjunto de mil cosas que ni yo sé explicar.
Por eso te pido que te enamores pero no de mi lado bueno y más dulce, si no de mi caos, de mis idas y venidas,
Te pido que juntes esas piezas de ese puzzle imposible de encajar,
que te quedes y no te vayas; pero no me prometas un para siempre, porque nada dura eternamente,
y es que después de cada lluvia dicen que llega la calma, pero siempre vuelve a llover.