Cuando te conocí enseguida me tembló el alma, no sé cómo entraste en mi vida, si tenía todas mis puertas cerradas, pero tú te encargaste de abrirlas sin necesidad de una llave.
Me desnudaste de miedos y me vestiste de seguridades.
Cuando te conocí empecé a creer en el mañana, en los ojalá y en los para siempre.
Cuando te conocí supe que eras tú desde el primer momento que no había nadie más, ni siquiera existía el tiempo.
Cuando te conocí fue donde me di cuenta que la suerte era mía.