Mi nombre es Katherine Sheffield y soy una completa mentirosa.
Me encuentro sentada en una banca fuera de la escuela, estoy intentanto concentrarme en la tarea que el maldito profesor Lowren nos ah dejado para la clase que sigue. Es cuando ejecutare mi plan a la perfeccion, espero por dios que las cosas no me salgan mal. El dia se ah vuelto soleado y caluroso, el viento ah cesado y parece que se mantendra asi por el resto de la tarde, seguramente mi madre habra hecho algo rico de comer y estoy ansiando seguir viva para probar su platillo de los dias soleados. La mayor parte del tiempo disfrutamos de una comida en familia seguido de un postre frio para el calor, y supongo que esta ves no sera la exepcion, mama siempre nos sorprende.
Entro al aula vacia del señor Lowren que comienza a llenarse conforme trascurren los minutos, el profesor me mira incomodo, la direccion debio haberle avisado que fui a delatarlo, sin embargo eso no me asusta. Me quedo sentada sabiendo que hay una camara apuntando a su escritorio y me tranquiliso, respiro una y otra ves para tranquilisar los nervios de la gran estupidez que estoy por realizar. Comienzo a sentir calor por todo el cuerpo, un sudor frio y cortante recorre mi espalda y estoy esperando a que la hora pase mas rapido que de costumbre.
-Jovenes, buenas tardes. Abran su libro en la pagina ochenta y cuatro. Quiero a una persona de pie que pueda traducirme el parrafo tres. -Dice el Señor Lowren mientras me mira enfurecido, su vos se clava en mi craneo cuando comienza a caminar hacia mi. Se para frente a mi asiento y pone su mano en la paleta de la banca. -¡Usted! ¡De pie y traduzca! -Maldito viejo pervertido, me paro y agradezco que mis bastos conosimientos en el idioma puedan ayudarme a comprender lo basico del texto.
-De acuerdo, señor... -Mi mirada no se aleja de la suya, y paso frente a el con una seguridad absoluta, siento como sus ojos se clavan en mi espalda, pero continuo avanzando. -''Las hojas flotan en el solitario lago, lleno de neblina me encuentro en el muelle. Espero por ella pero no logro distinguir su dulce silueta, siento que cada ves que digo su nombre el mundo esta en mis manos. Se que estoy enamorado pero tambien se que cada una de sus frias miradas se me clavan como cuchillos en el alma, una ves mas, estoy solo aqui, esperando por ella, y una ves mas, se que no vendra.'' -Tradusco lo que puedo de la linea, el ingles siempre me ah fluido bastante bien, y a juzgar por la cara de mis compañeros, parece que eh acertado.
-¡Exelente señorita Sheffield! puede sentarse... Por cierto, usted y yo tenemos un asuntillo pendiente. Se queda al final de la clase.
-Muy bien -digo sin exprecion alguna en el rostro, estoy aterrada pero a la ves se que esto no sera en vano.
Si es que sale bien.
La clase esta por concluir y el timbre suena, me levanto del asiento y comienzo a guardar mis cosas en la mochila, sabiendo que tendre que soportar en unos minutos a este pervertido viejo. Corro mis ojos por el aula tratando de distinguir en un fugaz vistazo si queda alguien. Me siento lo suficientemente eficiente para conseguir siempre lo que quiero, y esta ves sera igual que las de mas, como con ''La lista'' tambien lograre que corran de la escuela a este intento de profesor con pocos valores morales.
-¡Sheffield! Ni piense en salir, usted y yo tenemos una conversacion muy importante. -Baja del pequeño escalon que funciona como templete para su escritorio y pizarron, camina lenta y lacivamente hacia mi, mientras yo doy la vuelta para regresar a su escritorio y la camara filme mejor el momento. Estoy sudando, sudando frio y temo que algo valla a salir mal, inhalo y exhalo profundamente mientras me preparo psicologicamente para lo que estoy a punto de hacer.
-Digame profesor, ¿en que le puedo ayudar? -Le digo al estupido viejo que fija su mirada asqueante sobre mi y camina de nuevo hasta donde me encuentro.
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❤¡Ups! Creo que me enamoré.❤
Подростковая литература¿Has sentido alguna ves que estas traicionando tu propia manera de pensar? Pues eso era justo lo que La alumna promedio Katherine Sheffield, sentía al pensar que se estaba enamorando de un chico el cual tenía rotundamente prohibido. Una chica más co...