Veintiuno

25 6 0
                                    

Nos sentamos en una mesa con un gran ramo de flores y un vino de buena calidad al centro.

Pareció mirar asustada a las flores y el vino, pero no dijo nada.

Luego llegó la mesera con pan y mantequilla, y ahí fue cuando ella explotó. Comenzó a hiperventilar fuertemente. Estaba condenamente pálida y con los labios muy morados.

Se me estaba saliendo de las manos. Sabia que yo solo no podría hacer nada. Así que marqué enseguida a la ambulancia, intentando calmarla mientras esta llegaba.

Ayudándola | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora