Solangelo

La chispa y Lu la loca

Will
- Hey, Will - dijo una voz detrás de mi. Percy se acercó corriendo, como si su vida dependiera de eso - Nece-necesito que me hagas un favor -Percy decía todo demasiado rápido y estaba un poco agitad. Sin duda me había estado buscando.

— Yo también necesito pedirte algo – Percy asintió, para que siguiera hablando– ¿recuerdas a los nuevos campistas? Pues necesito que entrenes a Stefan, el que parece niño pequeño.

Percy parecía pensarlo. Puso sus mando atrás de su espalda mientras caminaba en círculos, hasta que por fin paro y me miró.

— Yo entrenaré a Stefan y tu –se acercó a mi y puso sus manos en mis hombros– me ensañaras arquería.

Cuando dijo eso, por alguna razón, la idea de que alguien más entrenara a Stefan me era tentadora. Todo semidiós del campamento Mestizo y tal vez Romano sabían que Percy era muy malo con el arco y la flecha. Hasta un bebe tenía mejor puntería que él.

— ¿Por qué quieres practicar arquería? – pregunté indeciso. Él me sonrió.

— Son problemas amorosos. Ya sabes, soy el tipo de todos, pero Nico se niega a aceptarlo.

— ¿Y qué tiene que ver Nico en todo esto? –pregunte curioso.

— Solo entréname. Necesito que me enseñes arquería y yo entrenare a Stefan –Percy junto sus dos manos, rogando. Creo que el debía de rogar era yo, pero ¡vamos! Es Percy Jackson, es como un perro. O tal vez un pez.

—Será difícil enseñarte...

—Seré obediente. Lo prometo, tratare de no darle en el ojo a nadie – puso cara de perrito aplastado.

— Esta bien. Pero tendrás que entrenar a Stefan – él asintió.  Luego dijo algo parecido a :

— Nico no podrá resistirse a mi 

No estoy seguro si de verdad dijo eso, pero no entendía que tenía que ver Nico en todo esto.  Percy se fue corriendo (a la cabaña de Atenea) no sin antes decirme que nos veíamos al día siguiente, después del almuerzo.

Así paso mi día; rogándole a mi padre, Apolo,  que Percy se arrepintiera de practicar tiro con arco o que Annabeth lo hiciera cambiar de opinión.  Si Percy seguía con esa idea, tal vez habría muchas visitas en la enfermería.

– Will –dijo alguien a mis espaldas. Otra vez.
Nico.
– ¿Si?

– Entrenar a Lu fue horrible. Horrible – tiro su espada a un lado y puso sus manos en su cara–. Esto solo lo hago porque tu me lo pediste.

Por alguna razón, me sentí conmovido por esas palabras. Algo dentro de mi se rompió, pero volvió a nacer. Una sensación un poco difícil de describir.

–Yo... –intentaba decir algo más. –¿Tan mal te fue? –pregunté

–Ella casi me corta la cabeza. Casi–suspiró y paso su mano por su cabello. Se ve bien haciéndolo – Ella no tiene paciencia y se enojó conmigo. Tuve que pedirle disculpas y ¡ni si quiera sé por qué! – reí por su comentario y él solo me miró para después sonreír devuelta.

–Yo tengo que enseñar a Percy arquería. Creo que eso es peor– Nico se puso pálido y lanzó una maldición.

– No creí que se lo tomara tan enserio –se acercó a mi y puso sus manos en mis hombros. –No lo hagas. Ten cuidado.

Se veía un poco asustado, pero también divertido, como si la idea de que Percy aprendiera arquería fuera chistoso.

Para mi significaba una cosa: heridos en el campamento.

Sonreí a Nico, dándole a entender que todo iría bien. En ese momento, Nico cambió.
Sus ojos brillaban, como si hubiera una chispa en ellos, una chispa que nadie había descubierto. Y yo me sentía genial porque yo vi aquella chispa, y eso fue suficiente para perder el control que había en mi y lanzarme (de la mejor manera posible) sobre Nico, para hacer lo que hace tiempo quería hacer.

Besarlo.

Lu
Llevaba un día en el campamento y ya quería irme. Stefan estaba ilusionado con Will. Para mi, él y todos aquí eran una cosa: culpables.

Y los iba a hacer pagar a todos.
Si Stefan no estaba de acuerdo conmigo aunque fuéramos hermanos, alguien tenía  que pagar por él.

Y sabía exactamente quién sufriría.

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Se que este capítulo es un poco corto, pero estaba de viaje y pues... La prisa y todo ese rollo.
Prometo que el siguiente estará más largo y mejor.
:)