Vic últimamente se comporta mucho mas cariñoso que antes, y hablo enserio al decir mucho. Puedo decir que hasta esa palabra se queda corta.Justo ahora estamos de camino hacía un lugar que él insiste es realmente especial y por ser eso es necesario que yo lo conozca. Con eso en mente, sentí gran emoción al venir con él, además de que sería nuestra primer salida juntos desde que yo llegué.
Esto en cierto modo también es útil para mi, quiero decir, puedo saber más cosas sobre Vic y me puedo distraer divirtiéndome con él.
— Es aquí —. Anunció una vez que el auto se detuvo.
— ¿Dónde estamos? —. Pregunté, mirando alrededor.
— Sígueme y lo verás —. Dijo, luciendo emocionado. Asentí con la misma emoción y bajamos juntos.
Vic me llevó por entremedio de los arbustos del lugar. A simple vista no lograba encontrar lo que a Vic le gustaba tanto de este sitio, no estaba mal, pero no era algo para alardear. Avanzamos por unos cuantos minutos más y me volteo a ver, bloqueándome la vista y curvando sus labios en una sonrisa.
— ¿Listo? —. Preguntó.
Yo sólo afirmé con emoción.
Él me guío unos cuantos pasos y finalmente lo vi, quedándome sin aliento debido a la hermosa escena frente a mis ojos.
Un precioso lago, pintado con los tonos del atardecer y un agua totalmente limpia, el perfecto complemento nos estaba dando la más hermosa bienvenida.
— Te dije que era especial—. Dijo orgulloso de si mismo, y tirando de mi mano, nos acercamos más a la orilla.
No emití sonido y sólo lo seguí maravillándome mucho más por el sitio.
— ¿Sabes porqué quería que tú conocieras mi lugar especial? —. Preguntó, llamando mi atención.
— No... ¿Por qué? —. Dije viéndolo correctamente.
— Bueno, me recuerdas a este sitio— Ante mi atenta mirada confundida, prosiguió — Tu belleza es incomparable, tanto como la que posee este lugar...
— Vic, no creo que yo se para tato—. Interrumpí, sintiendo el sonrojo subir a mis mejillas.
— Oh, claro que lo eres. Déjame terminar —. Reprendió, dando un apretón en mi muslo. Sonreí ante aquello y me recosté cariñosamente sobre su hombro.— Observa allá. Ahora el agua refleja ese bello atardecer, pero no siempre es de esa manera. Durante la noche refleja las estrellas y cuando llueve, millones de gotas caen en él, volviéndolo inestable, pero no importa que, siempre sigue siendo perfecto.
Me dio una rápida mirada antes de continuar.
— Kells, cuando estás feliz, tus ojos se iluminan como este grandioso atardecer. Cuando... Cuando soy un tonto y meto la pata, todo ese brillo se aleja y la oscuridad es lo único que queda, y sin embargo, esa belleza sigue prevaleciendo en ti, porque es lo que eres. Un chico de belleza inexplicable—. Finalizó, volteando a verme, con una linda sonrisa luciendo en sus labios.
Mi rostro hervía gracias al gran sonrojo que Vic había conseguido en mi, instintivamente volteé en otra dirección para que él no pudiese notarlo.
— Vic, tengo dieciséis ¿Querrías decirme algo que entienda? —. Bromeé, tratando de aligerar la emoción descontrolada que atacaba en todo mi ser.
— Quinn, eres un tonto—. Refunfuño adorablemente y se cruzo de brazos.
¡Es la cosa más tierna que he visto!
— Sólo bromeó, me gustó mucho lo que dijiste. ¡Aunque, vamos! Tú también eres lindo, digo, no podría darte un discurso tan hermoso como el que tú me dijiste, pero quiero que sepas que no podría estar mas feliz de estar aquí... contigo —. Dije, de nuevo sonrojándome.
— Aww, te estás volviendo cursi que ni siquiera puedo enojarme contigo, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, kells, lo digo enserio. — Dijo y sostuvo mis mejillas tal como si estuviese tratando con un niñito tierno o algo por el estilo.
Estoy seguro que mi corazón está por salirse en cualquier momento, ¡contrólate Kellin!
— Tú también en la mía, Vic... —. Susurré eso último un poco apenado, no es común en mi ser alguien tan cursi, es él quien me pone de esta manera. ¿Cómo se atreve a controlar y descontrolar todo sobre mi?
En un segundo sus labios ya estaban sobre los míos, fundiéndose gloriosamente y sacándome la poca razón que me quedaba.
No sé por cuanto tiempo estuvimos de esa manera hasta que Vic decidió adoptar una posición más cómoda, conmigo recostado suavemente sobre el pasto y él deslizándose sobre mi, continuando con nuestros labios unidos.
Los pensamientos que estaba teniendo justo ahora eran demasiado inapropiados. Vic sobre mi no me estaba trayendo nada bueno, el frente de mis pantalones se ajustaba un poco más a cada rose de su lengua con la mía.
Sus ligeros gruñidos y los pequeños gemidos que se escapaban a través de mi garganta me hacían saber que ambos estábamos sintiendo lo mismo.
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El Peso Del Alma. [Kellic]
Fanfic† odio mi final... pero empezó con una buena escena.†