Y si. Allí estaba yo, como siempre, sentado en mi sillón, jugando videojuegos y comiendo hasta engordar. Pero vamos, que no me molestaba en absoluto. Lo había estado haciendo los últimos tres meses de mi vida.
Pero que haría de ella? Soy un joven de 19 años, desempleado, sin novia y que vive con su madre. Tiene dos opciones. La primera es ir a la universidad, graduarse, conseguir una hermosa mujer y ser feliz, y la segunda, la cual adoro, es no ir a la universidad, encontrar algún trabajo fácil y que te den bastante paga, y que la vida decida en el amor.
Lo único malo de esto era que estaba viviendo en un país diferente en el cual crecí y el idioma no lo manejaba bien, aunque es cierto que he aprendido bastante desde hace cinco años.
Hoy saldría de fiesta con mis amigos. No era un grupo muy grande que digamos. Solo eramos Mangel, Alex, Cheeto y yo. Faltaba Luzu, pero hoy saldría con una chica y no queremos que eso se desperdicie.
Me cambié con ropa para salir y bajé al portal para esperar a mis amigos, que ya estaban abajo. Los saludé como siempre, un golpe de puños, y nos fuimos a la discoteca, que no quedaba a más de tres cuadras.
Resumen de la noche, beber, follar y beber y follar. Nada más.
La mañana próxima se basó de pastillas para la jaqueca y jugar en la PC todo el día.
Hablando de PCs y esas cosas, encontré una capturadora vieja, que supongo que fue de mi padre, y hoy filmé un video random. Lo subí a Youtube, una plataforma relativamente nueva de entretenimiento.
Y luego de varios años de subir videos, me convertí en un ídolo adolescente con casi diez millones de subscriptores.
Crecí. Crecí muchísimo. Cada vez subía más videos y cada vez me volvía más famoso. La gente quería fotos, firmas, autógrafos, y llegaron a tal punto de averiguar en donde vivía.
Me están acosando, me están jodiendo, me están invadiendo.
Me estoy volviendo loco, me estoy poniendo flaco, me estoy haciendo daño.
Me estoy deprimiendo.