Llegué a los 10.000.000 (diez millones) de criaturitas, un día. En ese tiempo estaba peor. Ya estaba demasiado flaco y, si no comía, probablemente moriría o me enfermaría gravemente.
Opté por otra cosa, tampoco saludable pero es mejor que no comer nada. Y así, comencé a pedir y a comer comida chatarra. Así es. Mi dieta era a base de hamburguesas, comida china, pizzas y otras cosas que con tan solo llamar te lo traían.
Mangel comenzó a visitarme más seguido. Me traía comida saludable, que yo rechazaba. Pero vamos, que era un buen amigo.
Pero había algo que seguía incomodandome. La gente seguía sacando fotos con flash a altas horas de la madrugada y yo seguía sin salir.
A veces lloraba en soledad. Si. Lloraba. Nunca creí que algún día diría esto.
Pero no soy feliz.