-Oi...- se quejó con un poco de molestia al ver que el plato con comida que le había servido al niño seguía intacto. -¿No piensas comer?- sus ojos aqua pasaron del sencillo sándwich que había preparado hasta el rostro inexpresivo del pequeño a su cuidado. No era la primera vez que la abuela de ese chiquillo le llamaba para que estuviera a cargo de él, pero sí era el primer fin de semana que pasaría lidiando con su mirada analítica y cero emociones. Para ser un niño de 12 años... era más serio que cualquier compañero suyo en la preparatoria.-No quiero eso...- respondió, y la molestia de Sousuke aumentó un .5 más.
-¿Entonces qué quieres, Nanase?- pareció ver algo de brillo en el azul de esas pupilas y es que rara la vez le llamaba por su apellido. Siempre le decía "mocoso" o "Hey, tú, niño serio"... y hasta el momento, después de casi un año siendo el "niñero" oficial, jamás le había llamado por su nombre.
-Caballa...- un punto más. Pero no tuvo opción, soltó un suspiro y tomó el plato para regresarlo a la cocina, ya se lo comería él después. Mientras tanto, no tendría más opción que cocinar ese pescado apestoso. Y recién había pasado una hora desde que había llegado... aún quedaban 83 horas más. Pasaría el resto del jueves y hasta el domingo en la casa de los Nanase. -¿Puedo cocinarla yo?- eso si fue nuevo. El crío aquel no solía mover ni un dedo cuando lo cuidaba. -Mi abuela no prohibió ésta vez que entrara a la cocina...
-Te tiene sobreprotegido...- Sousuke sonrió de lado y le dejó el sartén sobre la estufa encendida. Haruka no pudo negar eso, ambos sabían que era verdad. Antes de irse, la abuela Nanase dejaba un montón de reglas e instrucciones, la principal era que Haruka, bajo ningún motivo debía salir de la casa, la que seguía era mantenerlo lejos de la cocina (por aquello de los cuchillos y el fuego), pero ésta ocasión dijo hasta que no podía darle de comer nada después de las 9pm pero no mencionó que no podía cocinarse él mismo.
El pequeño de negros cabellos estaba a punto de responder cuando el teléfono de Sousuke empezó a sonar. Ignoró aquello, el más alto solía ignorar el aparato aquel mientras lo cuidaba... y eso le gustaba. Tener toda la atención de su niñero era lo que más le gustaba de ser cuidado por él. Pero... ese día... No fue así. Pudo escucharlo salir de la cocina mientras respondía la llamada... y, por un instante, los celos ardieron más que el fuego de la estufa... celos que se calmaron al escuchar un "Buenas tardes, Matsuoka-san". Respiró un poco más tranquilo y puso su filete en la superficie caliente, sonrió apenas un poco. Seguro era más trabajo... nada de novias, ni ridículas jovencitas buscándolo. Se tomó el tiempo de prepararse un poco de arroz y para Sousuke un filete de res en trozos con verduras. Había que aprovechar la nevera llena hasta apenas poder cerrar. Estrategia de su abuela para que no hubiera excusas de salir a ningún lado.
Pasaron los minutos y todo estuvo listo, sirvió la comida que con tanto esmero había preparado y asomó la cabeza de la cocina para buscar a Sousuke... pero no estaba ahí. ¿El baño, quizá? Iba caminando con el propósito de encontrar a su cuidador, el sonido de la puerta principal abrirse le alertó, sobre todo cuando se estaba abriendo como cuando él lo hacía a escondidas de su abuela: lenta y lo más cuidadosamente posible. Se asustó... ¿Qué haría si un ladrón pretendía entrar? ¿Gritar? ¿Pedirle ayuda a Sousuke, quien parecía no estar cerca? Su pequeño corazón empezó a latir de forma acelerada y su rostro se volvió un poco más pálido por la ansiedad.
-Oi, ya llegué...
La vida le volvió al ver el rostro tan familiar. Le miró severo, con las comisuras de los labios hacia abajo, mostrando su descontento.
-¿A dónde fuiste?
-Necesito que me guardes un secreto...- eso le calmó un poco. Pero no duró mucho al ver a un niño de rojos cabellos entrar a su casa detrás de Sousuke... y sosteniendo su mano. -Él es Rin, otro de los niños que cuido como a ti. Su madre requirió el favor de emergencia, así que... le cuidaré aquí también, al menos hasta que su padre pase por él...- había pensado en pedirle permiso, pero... conociendo a ese niño, iba a hacer un berrinche y a negarse, así que lo mejor era sólo avisarle. Su vida como estudiante de preparatoria le había enseñado a pedir perdón en lugar de pedir permiso a cualquiera, incluso su madre.
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Winner
FanfictionSousuke trabaja como niñera. Haruka es su cliente frecuente... uno dulcemente celoso... Shota SouHaru