Un poco de auto control... por favor...

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-No me hagas repetirte las cosas, vete a bañar...- ordenó por enésima ocasión al niño bajo su cuidado, no recordaba que le hubiera dado tantos problemas antes para que se aseara. Pero, ahora mismo, tenía a Haruka sentado sobre sus piernas muy entretenido leyendo uno de sus libros de la escuela sobre biología marina, ignorándolo por completo. Soltó un suspiro cansado. -Bien, ¿Qué te pasa?- preguntó, malhumorado.

-No te haré caso si no me llamas por mi nombre...- ah, así que era eso...

-Haruka, haz el favor de irte a bañar... Una ducha rápida, no quiero que te pases dos horas en la bañera.

-¿Porqué no?- los ojos azules de Haru, mostrando toda la molestia que le provocaba el que le restringieran el uso de su propia bañera. Y Sousuke se quejó mentalmente... a lo único que reaccionaba ese niño era al agua... y a la caballa. Aunque ahora había un factor nuevo que agregar: Rin.

-Porque te tardas demasiado, ya pasan de las 9 y yo también debo bañarme.

-Entonces báñate conmigo- fue su solución. Y volvió a leer muy tranquilamente aquel capítulo sobre los delfines y su hábitat.

-Eres un mocoso caprichoso- empezó a moverse, listo para ponerse en pie y Haruka, cual resorte, se levantó también. ¿Realmente iba a funcionar? Si sus berrinches y sus pequeños chantajes iban a funcionar para tener a Sousuke en las palmas de sus pequeñas manos, los haría más seguido. -Pero será una...

-En la bañera- se apresuró a completar su petición, logrando que Sousuke soltara un bufido. Lo había conseguido... y no fue complicado. Eso suficiente respuesta, cerró el libro y lo dejó momentáneamente abandonado en la mesa. Se apresuró con rumbo a su habitación para alistar las cosas necesarias... estaba nervioso. Nunca había visto ningún otro cuerpo desnudo y de Sousuke sólo había tenido la oportunidad de ver sus brazos descubiertos... y eso había sido suficiente para sonrojarlo.

Seguía sin poder explicarse a si mismo... y a su mejor amigo, qué era esa extraña fascinación que le provocaba ver a su niñero. Pero le gustaba ver sus ojos y que éstos lo miraran a él. Cada que sucedía una corriente eléctrica le recorría todo el cuerpo... era una sensación abrumadora, pero agradable. Dejó la pijama lista y todo en orden sobre la pequeña repisa del baño y corrió de vuelta para aferrarse al brazo del más alto.

-Vamos ya, es tarde...

-Ya voy, ya voy...- el castaño se echó la toalla al hombro, mientras sus manos llevaban su ropa también. Haruka no sabía explicar mucho... o casi nada de lo que le pasaba. Pero había algo que despertó en él un día que vio, por error, una página extraña en internet. Buscaba juegos de delfines cuando una ventana extraña con dos chicos dándose un beso apareció. Curioso, dio click a la imagen y apareció un video... Los chicos en él parecían bastante contentos con todo lo que hacían. Uno de ellos era alto y castaño como Sousuke, pero le faltaban musculos. No supo porqué, pero pensó que si ellos podían hacerlo, cualquiera podría... incluso él.

Sousuke, muy a su manera, se preocupaba por él y por tenerlo feliz. A escondidas solía llevarle algunas galletas y libros nuevos para iluminar. Una vez le llevó un libro enorme sobre animales marinos con adhesivos que había colocado en las paredes interiores de su armario. Cualquiera que viera al enorme castaño de ojos verde aqua, pensaría que era un témpano de hielo, gruñón y grosero. Pero no era nada de eso... sólo terco. Pero en eso se parecían los dos. Así que quería hacer cosas agradables por  su enorme niñero.

Sousuke tomó al pequeño Haruka por los hombros y lo sentó en el banco para empezar a lavarle el cabello, mientras que éste seguía un tanto perdido en sus ideas. Trataba de rememorar los pasos que debía seguir (según el video), pero los nervios no le dejaban pensar tranquilamente... Con los años que tenía... ¿Serían suficientes para hacer algo así por Yamazaki Sousuke?

-Eres callado... pero esta vez exageras...- la voz del mayor le sacó bruscamente de sus extrañas fantasías , sintiendo el agua tibia recorrerle los hombros mientras se llevaba la espuma. -¿Qué te sucede, Haruka?- el más alto sólo atinó a pensar que le había molestado por ser quien lo bañara. Pero necesitaba a ese niño en la bañera para poder limpiarse él mismo y correrlo del baño cuando fuera su turno de sumergirse en el agua.

Haruka sintió entonces su pulso dispararse. Juraba que incluso ÉL, podía escuchar ese caótico corazón palpitante.

-Sousuke...- se giró un poco, para ver al fin el cuerpo que tanto quería, pero la decepción le golpeó. El castaño usaba aún sus bóxers y camiseta. Soltó un suspiro. -¿Tienes novia?

-¿Y a qué viene eso?- preguntó a su vez, entre pequeñas risas, sorprendido por la curiosidad del pequeño renacuajo que tenía a su cuidado.

-Responde- ordenó, tratando de ser el niño parco y autoritario que siempre era. Ese grandote no debía darse cuenta de lo nervioso que lo ponía... sino... quizá no pudiera intentar nada para hacerlo sentir bien.

Sousuke enarcó una ceja y lo miró entre molesto e intrigado. No le gustaba que nadie le hablara de esa manera, pero cuando era ese niño quien lo hacía... no le molestaba en lo absoluto. Soltó un suspiro y terminó de retirar todo resto de jabón del pequeño cuerpo con ayuda de la regadera de mano. En cuanto no quedó rastro de la espuma, hizo un pequeño esfuerzo para levantarlo por las axilas y meterlo sin más a la bañera. Haruka, por supuesto, pataleó un poco y se resistió, pero al final no tuvo más opción que rendirse. Jamás iba a ganarle en fuerza al muchacho que ahora le observaba recargado en el borde de la bañera y sentado donde antes había estado él.

-No. No tengo novia, Haruka. Tampoco ninguna enamorada y, hasta el momento, nadie me gusta- le salpicó un poco de agua en la cara y sonrió. -Por si eran tus siguientes preguntas...- las pequeñas y siempre pálidas mejillas se pintaron en ese momento con un cálido sonrojo. A Sousuke le parecía adorable. Se puso de pie y se sacó la ropa que le quedaba, doblándola y dejándola aparte. Fue un movimiento rápido para sentarse y empezar a enjabonarse, Haruka  no tuvo oportunidad de mirar nada en lo absoluto... y se enfurruñó en la esquina de la bañera, cruzado de brazos y mirando a una pared para poder darle la espalda al mayor. Ese hombre lo volvía todo un niño berrinchudo...

¿Y ahora qué iba a hacer?

¿Cómo seguir con su pequeño e inocente plan?

Se quedó varios minutos pensando. Sus pequeños brazos se recargaron en la bañera y su mentón sobre ellos. Quizá estaba mal... su abuela había dicho muchas veces que dos hombres besándose era una abominación, pero... él no le veía nada malo. Además de que... como Makoto le había dicho (siguiendo las enseñanzas de su madre) Uno no elige a quien querer... lo único que importaba era ser feliz con quien te quisiera. Soltó un pequeño suspiro, preocupado... No estaba tan desinformado como cualquiera, que conociera a su abuela y sus prohibiciones, podía creer. Quizá Sousuke fuera un poco ella y no tolerara que dos chicos se quisieran... o quizá fuera lo contrario y ya saliera con alguien. Vamos... ese hombre era sumamente apuesto y tan bueno... se atrevió a darse vuelta y mirarlo.

Su corazón de nuevo latió con fuerza y rapidez. Se sonrojó.

Si eso no era estar enamorado... ¿Entonces quizá estaba enfermo?

CONTINUARÁ...

Los comentarios serán bien recibidos, aunque sean para querer matarme por dejar esto hasta aquí :'D Losh amito mucho

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