-¿Te vas a quedar como bobo mirándome o te vas a mover?
Aunque no fuera capaz de admitirlo jamás, el estar completamente desnudo frente a otros ojos por primera vez, le ponía nervioso. Sobre todo porque esos ojos... Eran unos azules, enormes y relucientes que se paseaban por toda su anatomía con todo el descaro del mundo. Tuvo que ladear el rostro para que su rubor no fuera visible y mar una pequeña toalla para anudarla en su cadera y cubrir ESA zona antes de que las pupilas de Haru llegarán ahí para examinarle. Y, de momento, no supo cómo tomar la expresión en el rostro del pequeño. Era, de forma muy clara, una mueca de total decepción... Pero, ¿Por qué?. Soltó un suspiro, menos abochornado que antes, y obligó al pelinegro a moverse hasta una esquina.
-¿Vas a entrar conmigo aquí?- la vocecita de Haruka soñó incrédula, quizá con una nota alegre.
-No te veo ánimo de salir y darme privacidad- se encogió de hombros y, sin más, ingresó a la bañera. Por suerte, había medido bien, el agua subió de nivel, más nunca se derramó. Sousuke se sentía orgulloso por aquel pequeño logró, aunque el movimiento propio de un pez atrapado en una red no le dejó disfrutar demasiado. -Deja de moverte...- se quejó. -Vas a sacar toda el agua, mocoso...
-Eres un gigante, me estás aplastando, Yamazaki...- y siguió removiéndose, buscando como acomodarse en el pequeño rincón que el otro le había dejado.
-Tú fuiste el que quiso que nos bañáramos juntos, pero si quieres, puedes irte...- Sousuke esperaba que aceptara. Ya no quería tenerlo tan cerca... Cada que se movía, los pequeños pies rozaban ciertas zonas que nadie le había tocado antes... Resultaba extraño... Demasiado extraño... Porque lo primero que venía a su cabeza era que quería ser él quien tocase las mismas zonas pero en el cuerpo del chiquillo. Tuvo que sumergir la cabeza en el agua para alejar de su mente aquellas ideas pedofilas. Haruka se quejó, el tener a Sousuke abarcando casi toda la bañera lo dejaba a él sumamente incomodo.
Bufó molesto, pero no lo suficiente como para salirse de su preciada bañera.
-No me voy a salir...- sentenció, terco como solía ser, mientras se ponía de pie. Apoyo cada planta de sus pies de la mejor manera posible, para evitar resbalar y dejó al enorme castaño entre sus delgadas piernas. Quien, al tener los ojos fuertemente cerrados, no podía apreciar el panorama... Y Haru empezaba a desesperarse.
Quería que lo viera, quizá Sousuke pensaba que no eran iguales, pero quería demostrarle que lo eran. Ya no quería ser visto como un niño... No para los ojos verde aguamarina de su niñero. -El aire se te acabara tarde o temprano...Pero Sousuke no quería salir. No hasta que pudiera controlarse. Era un adulto, por todos los cielos... No podía estar fijándose de ESA manera en Haruka...
Aunque....
Desde que lo conociera...
Desde aquel primer día en que le llamaron para cuidarle...
El pequeño Haruka con enormes y curiosos ojos azules, de expresión demasiado seria para sus pocos años, le llenó de... Algo... Algo que aún no sabía ni cómo definir. Pero le gustaba.
El cuidarlo cada semana le dejaba verlo crecer. Poco a poco, se aventuraba a vivir pequeñas grandes aventuras que antes, por el exceso de protección de su abuela, ni siquiera había pensado en tener. Salir al pequeño mirador cerca del templo, visitar el templo, conocer la tienda de conveniencia, la playa, cazar insectos, pequeños crustáceos... Sousuke iba viendo, poco a poco, como ese niño iba siendo más y más feliz.Por eso... Debía ser cuidadoso.
Si perdía la oportunidad de ver a ese niño... Se quedaría vacío.
-Vamos... Ya sal del agua...- escucho la amortiguada voz y no le quedó más remedio que rendirse y asomar la cabeza.
-¿Ya te vas?- preguntó con un toque ligero de burla. Pero los ojos acuosos de su pequeño cliente le dejaron mudo.
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Winner
FanfictionSousuke trabaja como niñera. Haruka es su cliente frecuente... uno dulcemente celoso... Shota SouHaru