Destino cambiado (pausada)

Capitulo 1

Ubel

Me quité el barro de la bota, o al menos espero que sea barro.

Estaba en medio del bosque, montada en mi yegua Mira, intentando con todas mis fuerzas no caerme. Aunque Mira es bastante vieja, tranquila, y su maxima velocidad es un kilometro por hora, yo soy torpe y se me da demasiado mal montar a caballo. Me intentaron enseñar de pequeña, precisamente en Mira, pero siempre terminaba comiendome el barro. Asi que cuando la pobre yegua, yo creo que ya desesperada por llegar y que me quitase de encima, aceleró el paso yo tuve que agarrarme bien a la brida y apretar las piernas. Por supuesto, resbalé de su blanco lomo y di de brices contra el suelo. 

Escuché sus cascos acercarse a mi, acercando su morro a mi cabeza y resoplando. Me gire para mirarla y le di una sonrisa. Dio un suave relincho y yo alcé la mano para acariciarla. 

-No ha sido culpa tuya...-dije con tranquilidad.-Pero si me haces el favor de ir más lento estaria agradecida.-Y de nuevo resopló.-Bueno vale, haz lo que quieras, yo desisto.

Me doy impulso y me levanto, apartando a su vez el pelo rubio de mi cara. Dicen que podría haber sido guapa de no ser tan delgada que parezco esquelética, que si mis ojos azules no hubiesen sido tan grandes en una cara pequeña hubiesen captado la atención de todos, y que si mi pelo estuviera bien lavado y cortado en vez de caerme lacio y sucio en mechones pegajosos podrían haber sido comparados con el trigo o el sol de poniente. Pero nada de eso es así, por lo que nunca me he preocupado mucho por mi aspecto. Llega un punto en el que te cansas de los podrías haber sido. Ahora por ejemplo, llevando mis viejas mayas marrones arrugadas, mi camiseta de colores y mis botas altas no soy más yo misma por que no quiero. Ojalá tuviera también esa ropa que tienen algunos para montar, y lo más importante, una silla, por que hasta el momento solo e montado con bridas.

¿Sí vale? En casa no tenemos mucho dinero.

Las orejas de Mira se elevaron y poco después se escuchó un gran estruendo.