Capitulo 4: Motivo

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(Sungmin)

En medio de aquel lugar asquerosamente oscuro y solitario, sentía los jadeos de aquel chico y los míos propios.

-Hmmnn... hmmmmnn... ahh..

Tenía la boca reseca, debido a la intensa actividad sexual que estaba teniendo, la cual hacía que la abriera, gimiendo de vez en cuando.

Hacía un poco más de dos años que lo había perdido. Para siempre. Y aquel dolor arraigado en lo más profundo de mi corazón, me llevaba a querer satisfacer mis deseos del cuerpo, sintiendo desprecio por quien lo hacía conmigo. A ellos les gustaba pero yo me odiaba cada vez más por lo que hacía.

Dí unas últimas embestidas a aquel chico delgado, mientras lo masturbaba, buscando que acabara junto conmigo. De pronto mi cuerpo se tensó y en cuestión de segundos me derramé dentro de él, sintiendo como el placer se abría paso por cada parte de mi cuerpo.

Él se vino al poco tiempo después, llenandome la mano, el abdomen y el suyo propio de semen.

Aún con la respiración acelerada, salí de su cuerpo y me recosté a su lado. Él permanecía con los ojos cerrados, agitado.

"Te amo Sungmin. Ven, quédate conmigo".

Habría dicho de estar aquí, conmigo. Su voz aun sonaba en mi cabeza, como un doloroso y hermoso recuerdo, que me destruía el alma. Aquella que había quedado reducida a cenizas cuando vi cómo ese mal nacido disparaba y le quitaba la vida a Kyuhyun, y me lo arrebataba de las manos.

Me levanté de pronto, busqué un poco de papel higienico para limpiar los restos del liquido seminal de mi objeto sexual de turno de mi estómago. Él solo me observó.

Me senté en el borde de la cama, dandole la espalda. Tener sexo con desconocidos hacía que cubriera, por un momento, aquel agujero que tenía en el corazón y en la vida.

-¿Quieres una segunda vuelta? - preguntó detras de mi el sujeto cuyo nombre me había olvidado apenas me lo dijo.

No tenía ganas de una segunda vuelta, pero él se acercó a mi y comenzó a acariciar mi miembro suavemente con los nudillos. Cerré los ojos en acto reflejo, poniendome duro rápidamente.

De pronto, lo tenía delante de mi, entre mis piernas, comenzando una felación. Ppr instinto, me tiré hacia atrás apoyándome en los brazos, para darle lugar a que continuara. El placer hacía que me olvidara de todo, aunque sea por un momento.

Introdujo mi pene en su boca, succionandolo de forma lenta. Chupó la punta, donde jugó con la lengua, haciéndome gemir en reacción a lo que sentía.

Continuó aquello, aumentando cada vez más la velocidad. Gemí unas cuantas veces más hasta que me vine en su boca, en un segundo orgasmo consecutivo.

Entonces abrí los ojos y vi que estaba observandome, mientras limpiaba restos de mi semen de las comisuras de su boca. Su expresión era indescifrable, por lo menos para mi. Desvié la mirada, buscando mi ropa.

-Sungmin....

Me volví, al escucharlo pronunciar mi nombre.

-¿Qué?

-Hay algo que te aflije, ¿verdad?

Lancé un suspiro de fastidio. Odiaba hablar de mis cosas con extraños. Y él lo era. Que hallamos tenido sexo no lo ascendía de posición.

-¿Y a tí que te importa? - contesté con desprecio. Era consciente que él no tenía la culpa de mis heridas, pero odiaba que se inmiscuyeran en mi vida.

Él desvió la vista hacia otro lado. Era una criatura realmente bonita. Sus rasgos, su pelo y su piel eran practicamente perfectos, que si no estuviera encerrado en esta mierda de carcel y tuviera ese aspecto demacrado y cetrino, sería de  seguro algun modelo de publicidad.

-De acuerdo. - dijo de pronto, levantandose y buscando se ropa. Por algun motivo en particular, me sentí mal por haber sido tam grosero, despues de que lo utilizara para mis fines lascivos.

-Oye.. -dije, con tono un tanto arrepentido - lo siento. No debí contestarte así. Es que.. no quiero hablar sobre mi pasado. - solté sin pensarlo, arrepintiendome al instante.

Él me miró y me sonrió. Era de verdad hermoso.

-Ya, pensé que quizas quieras desahogarte. Pero no te obligaré a nada.

-Gracias.. - intenté recordar su nombre.

-Baekhyun. - dijo, acertándole a mis pensamientos.

En ese momento golpearon la puerta de la habitación para visitas matrimoniales.

Podía ir allí cuando quisiera. Al tener dinero guardado que me había dejado mi padre, lo usaba para sobornar a los guardiacárceles, a cambio de un poco de privacidad y comodidad en este lugar mugriento como lo es la carcel.

Nos terminamos de vestir, y salimos. El frio aire del mes de septiembre hacía que se me erizara los vellos de la piel. Por costumbre, miré hacia arriba. Estaba despejado y la noche era cerrada, con un cielo cubierto de diminutas estrellas.

Nos separamos en el pasillo que había a continuación, y que dividía el area de los pabellones del ala sur, en donde se hallaban las habitaciones de visita matrimonial.

Lo saludé con un escueto gesto con la mano y me dirigí hacia el pabellon 16, el mismo en donde se había ocurrido el supuesto suicidio del padre de Kyuhyun. La vida y sus estúpidas vueltas.

El policía carcelario me vió y abrió la celda que compartía con otro sujeto una vez que llegué allí.

De un salto, me acomodé en la cama dura.

A pesar de que sentía un cansancio terrible por el sexo, mi cabeza se negaba a descansar. Tenía que pensar.

Desde que había ingresado en aquel penal, despues de la sentencia, solo me había puesto un objetivo. Ese que venía refinando noche tras noche. Tenía que pensar en el único motivo por el cual seguía con vida.

Matar a Donghae.

El Pacto II [2da Temporada] [EunHae] [+18] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora