Capitulo 16: Lógica

154 24 2
                                    

(Donghae)

Cuando volví al mundo de la conciencia, me di con que no podía abrir los ojos. Me removí, intentando incorporarme. Tampoco pude.

Fue cuando los acontecimientos acaecieron en mi mente con ímpetu. Sungmin golpeándome hasta casi perder la conciencia, yo tratando de defenderme, él escupiendo todo su odio, y sus manos, tratando de arrancarme las ropas, lo que me llevaba a pensar en que su intención habia sido violarme. Pero ¿lo habría conseguido? Sentí las náuseas en la garganta, pero traté de tranquilizarme. Dentro de lo que podía.

¿Qué demonios habia pasado? ¿Qué estaba pasando?

Entonces, recuperando por completo los sentidos, pude darme cuenta. Estaba maniatado, con los ojos vendados y amordazado, tendido en una cama, con los pies amarrados a los costados de ésta y las manos, a su vez, tambien amarradas en la cabecera. Dentro de mi, se prendió la chispa de la desesperación. Me removí una vez mas, con mas fuerza, pero era inútil. Estaba completamente tieso, sin movimiento. Lo único que lograba con todo aquello era lastimarme las muñecas y los tobillos.

Empecé a inspirar con aceleración, a medida que pasaban los minutos. Mi pecho subía y bajaba constantemente, pero no había nada que pudiera hacer.

Sungmin.

Ese maldito era el que me había dejado en esta situacion. Lo odié tanto, que quise gritar. Había intentado matarme, luego violarme y ahora ¿qué? ¿quería jugar conmigo?

¿Que mas podia hacer?

Exalé todo el aire que tenía en los pulmones por la nariz y traté de tranquilizarme.

¿Qué pasaría ahora conmigo?

Lo mas probable es que me matara. A decir verdad, estaba un poco sorprendido de que no lo hubiera hecho aun. Quizas lo que quería era torturarme hasta la muerte. Palidecí ante aquello.

Entonces escuché el ruido de una puerta que se abría. Me quedé quieto, casi sin respirar. Agudicé mi oído para poder captar la mayor información posible.

Sentí los pasos de dos o quizas más personas que entraban en aquel lugar. Se quedaron quietas un instante. De pronto, nadie se movía. Yo estaba alerta, esperando cualquier cosa.

Entonces uno de los sujetos se acercó y me quitó la mordaza, de manera muy tranquila.

Quería gritar tantas cosas, quería decir tantas cosas. Pero me mantuve en silencio. El terror se empezó a apoderar de mi. Aquel silencio era exactamente lo que me angustiaba.

Sentí el colchón hundirse en la parte de los pies, tal y como había sucedido en la habitación de Ryeowook. Y no aguanté.

-¿Qué quieres de mi, Sungmin? ¿Qué vas a hacer conmigo?

Pero nadie contestó. Aquello me puso de los nervios. Sabía que había alguien alli, lo podía sentir. Entonces, ¿porque mierda no me respondían?

Sentí que el colchón dejaba de hundirse. Una mano me sostuvo la cara y me colocaron de nuevo la mordaza. Luego escuché los pasos, saliendo de la habitacion. Suspiré, frustrado. ¿Qué demonios estaba pasando?

Ladee la cabeza hacia un lado. Sentí las lágrimas agolparse en mis ojos y quedarse alli. ¿Qué había hecho en la vida para merecer esto? Había matado a una persona, si. Pero la vida misma se había encargado de hacerme pagar mi culpa, arrebatandome a Hyuk. La persona que yo mas amaba.

Un dolor profundo se instaló en mi pecho. De nuevo. Era ése desasociego que sentía cada vez que me veía al espejo. Cada vez que sentía que era mas un muerto en vida que una persona. Cada vez que veía cómo los demas se compadecían de mi.

Me sentí tan miserable.

Sabía que debería haber seguido adelante sin Hyuk, pero no podía. Lo había intentado. Lo único que lograba es dar cada vez más lastima a quienes me rodeaban. Era ocupar espacio en este mundo, sin ser nada útil para los demas.

Entonces supe que quería morirme. Físicamente, porque espiritualmente ya lo estaba.

Me retorcí en la cama, intendo de nuevo zafarme. Pero las cuerdas estaban tan ceñidas que al menor movimiento me herian. Gemí de dolor, al tiempo que sentía mas lagrimas en mis ojos.

Me desperté con un lejano resplandor. Me encontraba perdido y no sabía para donde ir. Había agua por doquier y hacía frio. Empecé a caminar sin sentido. Entonces escuché el ruido de alguien pisando el agua.

-¡¡¡Hyuk!!! - dije, tratando de acercarme. Él estaba de pie y me miraba con ojos que derramaban ternura. Empecé a caminar hacia su dirección, mientras se dibujaba una sonrisa en mi cara.

Pero entonces una fuerte explosión, proveniente desde atras de Hyuk, derramó sobre nosotros grandes cantidades de fuego y escombros.

-¡¡¡Hyukie!!!

Vi con desesperación como él desaparecía en medio de aquel fuego.

-¡¡¡Hyukiee!!!

Otra vez me desperté con mi propia voz. Jadee debido a la pesadilla que acababa de tener, dejandome un dolor en el pecho y en el alma.

Sentí la puerta abrirse otra vez y de nuevo los pasos resonando por toda la estancia y otra vez me quitaron la mordaza.

-Dime qué demonios quieres Sungmin...

Pero nadie me contestó. Eso me puso peor.

-¡¡¡A que estas jugando maldito!!! ¡¡¡Porque no me matas de una maldita vez!!! ¡¡¡Porque!!!

Nadie habló.

Se escuchó el ruido de la puerta cerrarse nuevamente y voces que parecían venir desde otra habitación. No fui capaz de dicernir qué era lo que decían.

Me desesperé. Las lágrimas se desbordaron en aquel momento, empapando el trapo que me cubría los ojos y corriendo por mi cara aquellas que no pudieron absorverse en el trapo.

Forcejee con virulencia en la cama, sintiendo cómo las cuerdas me rasgaban la piel de las muñecas y
tobillos. Jadee debido a los sollozos, que poco a poco se anidaban en mi pecho y pujaban por salir.

Volví la cabeza de un lado a otro, preso de un inequívoco ataque de nervios. Mis jadeos eran cada vez mas fuertes y notorios.

La puerta volvió a abrirse de pronto.

-Está con un ataque de nervios... - dijo una voz completamente extraña.

A pesar de mis jadeos, escuché que se cerraba la puerta y luego, silencio, cortado sólo por mis sollozos. Pero yo sentía la presencia de alguien mas.

-¿A que juegan? ¿Qué pretendes Sungmin?... - balbucee. Nadie me contestó y aquello me sacaba de quicio.

-¡Porqué me haces esto maldita sea! ¡¡¡Porqué!!! ¡¡¡Porqué!!! - exclamé, con la voz colmada de desesperación. Las lágrimas volvieron a vaciarse en mi rostro. Me retorcí en la cama y las cuerdas me lastimaron aun mas las heridas que ya tenía, sacandome un quejido adrede.

Entonces unos dedos frios tomaron mi rostro empapado y me los sostuvo. Intenté decir algo pero unos labios tibios se posaron en los míos, impidiendomelo.

Algo en mi se encendió.

Porque mis labios encajaron perfectamente en aquellos que ahora me besaban.

Porque esos labios calmaron la angustia que estaba sintiendo en ese momento, sin saber ni yo mismo porqué.

Porque aunque la lógica me decía lo contrario, mi corazón reaccionó ante aquel roce.

Porque aquellos labios no podían ser de otra persona que de Lee Hyukjae.

El Pacto II [2da Temporada] [EunHae] [+18] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora