La tormenta me abanica,
pero yo soy más fuerte.
Quieres llevarme contigo,
pero ya es demasiado tarde.
Perderme no estaba entre tus planes,
mira qué contratiempo.
No decidas volver,
no hay nada que hacer.
Decides cambiarme,
sin saber que me gusta ser así.
Hacerme sentir mal,
lo que mejor se te da.
Dolor por aquí,
llanto por allá.
De estar tan rota voy a acabar cortándome,
en pedazos, como siempre.
El tiempo pasa,
las palabras vuelan,
pero yo siempre seré gilipollas.
Y es que de tanto tropezar me acabó gustando la herida, y eso que la sangre me marea.
Podría seguir queriéndote,
pero ya no quiero,
esta vez me elijo a mí primero.
