La metamorfosis fue gradual y aterradora.
Primero, unas escamas oscuras cubrieron su cuerpo a modo de coraza. Se extendieron desde las extremidades al tronco, y continuaron por el cuello, pecho y cabeza. Su cabello azabache fue sustituido por dos pares de gigantescos apéndices que ondearon cuales látigos; sus manos y pies por garras enormes y en su boca amanecieron varias hileras de dientes afilados.
Sus huesos comenzaron a crujir con un desagradable sonido, deformándose y creciendo; transformando a su vez el resto de su anatomía.
Cuando la metamorfosis finalizó, su aspecto recordaba vágamente al de un dragón oriental, solo que sacado de la peor de las pesadillas. De pronto ya no era una chica, sino un ser escalofriante que se fundía con la oscuridad de la noche.
El terrible monstruo en el que Marinette se había convertido dio un alarido. Tanto Chat Noir como Ladybug tuvieron que taparse los oídos, incapaces de soportar semejante sonido. Era peor que cualquier cosa que hubieran escuchado jamás; un grito sobrecogedor que helaba la sangre y aniquilaba cualquier sentimiento esperanzador. La muerte habría sonado mucho más dulce que aquello.
Ladybug dio un paso atrás, temblando de la cabeza a los pies. Las rodillas le fallaron y tuvo que agacharse para no caer.
Ni ella, ni Chat Noir, eran capaces de moverse o de apartar su vista de aquella cosa.
-No... No estoy preparada para esto... -balbuceó ella, sin poder dejar de temblar.
Chat Noir no pudo oírla. Estaba demasiado impactado por todo cuanto acababa de presenciar. Nunca había visto un akuma semejante. Y el hecho de saber que se trataba de Marinette le encogía el corazón. Él había causado aquello. Era el único culpable.
El monstruo se volvió hacia ellos. Les observó con sus ojos vacíos y negros como un abismo. Las comisuras de su boca se arquearon hacia arriba, mostrando de ese modo las letales agujas que tenía por dientes.
Entonces atacó.
Mucho más rápido de lo que ninguno de ellos podría haber previsto, saltó en dirección a Ladybug con las fauces y las garras abiertas. Esta, todavía paralizada por el miedo, no reaccionó.
Chat Noir abrió los ojos preso por el pánico. En el último momento pudo lanzarse hacia su compañera y la empujó justo antes de que la bestia pudiera ancanzarle. Pero no fue lo suficientemente rápido como para evitar por completo el ataque, y una de las garras le golpeó con fuerza.
El chico salió despedido, impactó contra el duro asfalto y luego rodó unos cuantos metros hasta el final de la calle.
Se llevó una mano a la zona donde había recibido el zarpazo, encogido de dolor. El traje que llevaba era capaz de protegerle de cualquier cosa; sin embargo, aunque no había dejado ninguna marca o arañazo visible, estaba convencido de que había logrado traspasarlo de alguna forma. Se preguntó si debajo de aquella tela habría o no una herida sangrando.
Apretó la mandíbula con fuerza, haciendo todo lo posible para sobreponerse al dolor y se incorporó, tambaleándose.
Buscó con la mirada a Ladybug. Marinette le perseguía, incansable bajo su nueva apariencia, mientras que esta esquivaba a duras penas cada uno de sus ataques. Tenía que hacer algo para crear distracción y así darle una oportunidad a su compañera.
Sin pensárselo dos veces, utilizó su bastón a modo de pértiga y se catapultó al lugar de la pelea. Luego lo blandió hacia Marinette, que no tardó en advertir su presencia.
-¡Marinette! -le gritó, casi sin aliento. El dolor del zarpazo le impedía respirar con normalidad. -Vuelve a ser tú misma, no dejes que el akuma te controle.
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Todos los gatos caen de pie
FanfictionEl día en que Marinette por fin confiesa sus sentimientos hacia Adrien es rechazada. Como consecuencia, un poderoso Akuma se instala en su corazón y condena el destino de Ladybug. Un fanfic de la serie Miraculous Ladybug escrito en 2016.