14 de Octubre

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14 de Octubre.

Miraba por la ventana como ya era una especie de rutina, no había mucho que hacer en casa y como siempre estaba aquel chico de largo cabello rizado y castaño, leyendo. Desconocía el libro no podía verlo desde la distancia en que me encontraba, tenía puesto un gran suéter de color azul metálico. Se veía... se veía de una forma especial, era extraño que jamás girara y mirara hacia mi ventana, tal vez él no era tan curioso como yo pero en fin, solo uno de mis amigos me ha dicho que el espiarlo o "verlo disimuladamente" como he aclarado muchas veces, no está bien.

"Invado su espacio personal y privacidad." me dijo Thomas.

No creo que sea así, tan solo lo observo cuando tengo oportunidad, cuando él sale y lee y últimamente lo ha hecho bastante.
Es tarde, se supone que debería de estar terminando mi ejercicios de álgebra pero no tengo ánimos de hacer tareas, solo quiero verlo unos minutos más antes de que se vaya. mi corazón late fuerte al solo verlo acomodarse en el césped acostarse y comenzar a hojear cada uno de sus libros, a los tres días tiene uno diferente.

Es mi vecino desde hace tres años y jamás me he dispuesto a decirle un hola, o un adiós. Es mi compañero en la escuela y jamás me ha tocado estar en un equipo con él, aunque igual yo me esfuerzo para no estarlo, temo que el día en que le hable no diga nada, o tartamudee y quede como un estúpido enfrente de él, y que se ría de mí. Lo más "catastrófico" es que ni siquiera sabe mi nombre...

Los días pasan rápidos, días en los cuales los voy restando. Su cumpleaños se acerca y como es de costumbre, por pura cortesía viene a mi casa y pregunta por el chico que vive aquí y es curioso cómo en esos tres años en los cuáles lleva viniendo mi madre le diga: "Louis, Harry se llama Louis." Él se ríe, pide disculpas y luego dice:

"-Lo siento soy algo distraído, a lo que venía es para darle la invitación de mi fiesta de cumpleaños, será algo sencillo."

No miente, bueno en teoría sí porque es una gran fiesta pero él siempre está con una mueca en su cara, no refleja alegría realmente hasta el final, cuando quedan sólo sus amigos más cercanos, se recuestan en el césped y miran las estrellas, le entregan los regalos que ellos le trajeron y luego se van.
A veces un chico se queda con él, desconozco su nombre pero es el que siempre lo hace, se queda a dormir, supongo, ya que al día siguiente salen juntos de su casa.

Es algo patético y enfermo de mi parte vigilarlo de esa forma, pero me es inevitable, no puedo parar y no siento que haga algo malo, aunque en realidad todos me digan que sí, todos los que saben.
Los cuales contándolos, son pocos. No soy poseedor de muchos amigos, ni mis padres. Los rumores que se dicen de nuestra familia son asquerosos. Me llaman: "el raro con acento inglés."
No es muy original, es estupido de hecho pero es algo que detesto. A veces me molesta y me enojo, me pongo mal, quiero volver a mi hogar, pero a veces pienso que por algo estamos aquí, dejando atrás todo eso de las religiones y el destino solo sé que por alguna razón estamos aquí, que por algo somos lo que somos y si me ha tocado ser: el raro con acento inglés, así será.

El 30 de octubre se acerca junto con el cumpleaños de Harry. Él es la única persona que había conocido con aquel nombre -a pesar de que pareciera común- y que cumpliera años ese día.



La mitad de un corazón [Larry Stylinson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora