Aun sentía la adrenalina corriendo por mis venas, la sensación de plenitud se expandía por mi cuerpo cada vez que oía corear mi nombre. No había ganado mucho dinero con esto, pero si el suficiente para invitarlos a todos a unas pizzas en un restaurante de comida italiana.
Estaba en medio de una charla amena con los chicos, entre risas y anécdotas divertidas de la infancia. Me sentía feliz, rodeada de las personas que me querían y recordando viejos y maravillosos tiempos. En los que los chicos y yo no nos separábamos, sin inseguridades ni preocupaciones, cuando todo parecía fácil, cuando parecía que todo sería perfecto. Fue entonces cuando mi tía Karol murió y todos nos distanciamos un poco. Con el paso del tiempo todos fuimos creciendo y alejándonos cada vez más. Cada vez más problemas familiares, más estrés, mas preocupaciones.....Ahí decidí irme a Londres, pero los problemas no desaparecieron, si no que se intensificaron. Cuando quise darme cuenta ya era tarde, ya me había metido en las drogas, el alcohol, las apuestas, y las carreras ilegales. Y ahora que vuelvo a estar con mis hermanos y totalmente rehabilitada de las drogas.... No voy a desperdiciar ningún segundo para pasarmelo bien con ellos. Con todos y cada uno de ellos, incluidos también mis nuevos amigos.
—¿Verdad, Ann? — preguntó Luke.
—Eh, no sé, no estaba haciendo caso de la conversación, ¿podrías repetir la pregunta? —sonreí inocente.
— Te estaba preguntando si sabes quien es Bradley Cooper— sonrió.
—Claro que sé quien es, cualquiera que tenga interés en las carreras sabe quien es. Es el mejor corredor del mundo. Aunque tiene una debilidad, es fácil adelantarle por la derecha, eso si consigues alcanzarlo, claro ¿por qué la pregunta? —solté. Ellos se quedaron asombrados por toda la información que acababa de soltar.
—Vaya, si que me conoces bien— dijo una voz detrás de mi.
—¿Bradley? ¿Bradley Cooper? ¿Eres tu? ¿Como es posible que esteas aquí? —pregunté anonadada.
—Si, soy yo, o eso creo. Vine para hacerles un favor a unos buenos amigos —dijo guiñándole un ojo a los chicos.
La verdad es que no estaba nada mal, y que sea el mejor corredor del mundo era un puntazo.
—Ellos me dijeron que tenían una amiga que corría en las carreras y a la que seguro le hacia ilusión verme. — dijo sonriendome— Creo que ya sabes mi nombre ¿verdad? —dijo sonriendo, yo asentí— y tu, ¿como te llamas?
—Yo soy Ann Miller, encantada — dije extendiendo mi mano en su dirección.
—¿Miller? ¿Eres hermana de la mayoría de estos simios? — preguntó confundido, yo asentí — yo pensaba que solo eras su amiga, bueno, igualmente, encantado de conocerte Ann— finalizó extendiendo también su mano para unirlas en un apretón formal que acabo en un abrazo y dos besos.
[...]
Invitamos a Bradley a que se quedase en casa ya que no tenía donde alojarse.
—Brad, ¿te apetece asistir a una carrera este sábado? —preguntó Dave.
—Claro, pero solo si Ann compite, quiero ver que tan buena es sobre una moto — dijo Brad.
—Vale, por que no. — acepté yo.
— Si quieres te presto mi moto para la carrera— sugirió el.
—¿En serio? Sii, me encantaría, con tu moto tengo la victoria más que asegurada. — afirmé.
—No lo dudo, quiero ver como los machacas a todos— sonrió el.
— Obviamente— dije con falsa prepotencia.
— Yo que tu no estaba tan segura de tu victoria, princesa. Este sábado yo también compito, y no voy a darte ventaja — soltó Ashton con egocentrismo detrás de mi.
—Ni que la necesitara. La que te tendría que dar ventaja soy yo a ti bebé. — dije levantándome.
—Aww, que lindos, ¿estáis juntos? — preguntó Brad.
—¿Qué? ¡No! — respondimos Ash y yo al mismo tiempo cruzando las miradas.
—Dah, relajaos, cualquiera podría confundirse y pensar eso si os llamáis "princesa" y "bebé".— dijo el como si fuera obvio.
— Estábamos usando el sarcasmo Brad, pero déjalo, seguro que ni sabes lo que es— se burló Ash.
—Idiota— dijo Brad, y como el chico maduro que es, nótese mi sarcasmo, le sacó la lengua.
—¡Sois como niños pequeños! —me quejé.
—Fue a hablar— contraatacó Ashton.
—Por lo menos yo se sumar, niño bonito— me defendí.
—¿Acabas de decirme que soy bonito? —preguntó para molestarme.
—No, acabo de decirte que no sabes sumar. — y dicho esto me di la vuelta y me fui hacia el sofá con los demas chicos y Alex que se acopló.
Los chicos estaban jugando a los videojuegos y yo estaba hablando tranquilamente con Alex, hasta que alguien tocó el timbre.
—¿Es en serio? ¿Por qué siempre me toca a mi levantarme a abrir la puta puerta?
Me acerqué a la puerta y la abrí. Era la odiosa de Camille.
¿Esta chavala no se da cuenta de que su irritante voz puede destrozar todos los objetos delicados que hay en la casa? Al parecer no, porque el chillido que pegó fue lo mas desagradable que mis pobres oídos han tenido que soportar.
—¡Ashy! ¿Donde estás? — chillo entrando como si esta fuera su casa.
—Nadie te dió permiso para entrar, Camille. — reclamé.
— Y a ti nadie te dió permiso para hablarme — contraatacó.
—Yo te hablo si me da la puta gana, esta no es tu casa y no tienes derecho a entrar aquí sin permiso, puedo denunciarte por ayanamiento de morada. — solté enfadada.
—¿Denunciarme por qué? —preguntó confusa.
—Ayanamiento de morada, idiota— repetí.
— ¿Que es eso de ayanamiento de morada? —volvió a preguntar, yo suspiré con cansancio.
— No te esfuerces en explicárselo, Ann, no lo va a entender. —se burló Alex apareciendo detrás de mi. —¿A que viniste, Camille?
— Quería ver a Ashton, tengo que preguntarle unas cosas sobre..........biología.— dijo.
Si, claro, biología, y yo me chupo el dedo.
— Si, sobre todo biología, mas bien tu vienes por el tema de física, pero, aun así, tu Ashy está ocupado, además me ha dicho que no quiere volver a tener sexo contigo, que le irritas demasiado, y que no va a volver a arriesgarse a contraer alguna enfermedad —dijo Alex fingiendo hacer un puchero.
—¿Que está pasando aquí? ¿Camille? ¿Que haces aquí? — Ashton apareció de la nada y mi mellizo se quedo de piedra, blanco como el papel, ni siquiera puedo afirmar que siga respirando.
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Nuevo CAP después de bastante tiempo sin actualizar. Espero que os guste. Besos😘