-La piedra se creó en tu interior, Isis. Estás unida a ella, existe un vínculo eterno entre vosotras. Puedes encontrarla si te lo propones, puedes sentirla.
Lo observo aterrada.
-¿Y si... la destruyen?
Me contempla durante unos segundos eternos, muy serio. Sus ojos grises parecen más oscuros en esta situación tan tensa y complicada.
-Solo hay dos formas de destruirla, y ninguna de ellas es fácil de conseguir.
-¿Cómo?
-La primera, y la más evidente, es matarte. Con tu muerte, la piedra y su poder se desvanecerían, desaparecerían junto con tu vida.
Pero eso, pequeña, no va a pasar. No dejaré que te hagan daño.Me abraza de forma tierna durante un momento. Hace que me sienta segura entre sus brazos firmes y fuertes.
Recuesto mi cabeza sobre su pecho desnudo. Aun llevo puesta su camiseta blanca perfecta.-Necesito una ducha, y cambiarme de ropa.
-Yo debo volver a casa. Necesito informar a mi padre sobre esta situación.
Pero para irme, necesitaré mi ropa.Dice mientras sonríe de forma pícara y agarra el bajo de la camiseta blanca que lleva impregnado su aroma en cada rincón.
-¿Quieres que me desnude?
-No me tientes, pequeña...
-Está bien, gírate. No quiero ponerte nervioso...
-Eres tonta.
Me quito la camiseta y la coloco sobre sus manos. Se da la vuelta mientras se la devuelvo.
-Volveré rápido.
Se marcha sin más. Se marcha sin besarme, sin mostrar un mínimo de afecto hacia mi persona.
Termino de desnudarme y entro en la ducha. Alguien entró en este mismo baño hace unas horas, mientras dormía. Si quisiera matarme, podría haberlo hecho en ese momento.El agua cae sobre mi piel hipersensible tras mi noche. Una noche mucho menos oscura de lo habitual. Una noche perdida en el gris de sus ojos y en sus manos delicadas sobre mi cuerpo desnudo.
Salgo de la ducha y me coloco unos pantalones cortos vaqueros desgastados y una olímpica negra básica acompañada de mis zapatillas.Inhalo profundamente, buscando una esencia, una pista en alguno de los rincones de esta casa.
Sin éxito.
Conozco todas y cada una de las esencias que rodean mi sentido del olfato.Recojo el desastre que me rodea. Aún hay cosas rotas esparcidas por el suelo tras el ataque del alfa de ojos amarillos.
No he vuelto a captar su esencia. Sé que no ha sido el culpable de la desaparición de la gema.
De repente, llaman a la puerta.Abro con el pelo empapado. Es Alejandro.
-Alejan...
Hace un gesto para que me calle, colocando su dedo índice sobre sus labios.
Me sobresalto al sentir el calor de su piel rozando mi boca.-No digas nada.
Dice mientras se abalanza sobre mi cuerpo. Intenta besarme y lo esquivo sin ningún tipo de dificultad, con una rapidez sobrenatural.
Pero no desiste. En mitad del forcejeo, le propino un arañazo con mis garras.-¡¡Me has hecho daño!!
-Dice el chico que intentaba robarme un beso de la forma más brusca posible.
-¿Interrumpo algo?
Veo como Alejandro se queda petrificado al escuchar la voz de Luis, mi salvador.
-No -digo muy seria -Alejandro ya se marchaba.
Puedo oler el sentimiento de culpa y humillación de Alejandro.
Puedo oler la ira y los celos de Luis.
Alejandro sale cabizbajo, sin mediar palabra. Luis me contempla totalmente en silencio.-¿Lo has escuchado todo, verdad?
-Sí. Sus intenciones...
-No sé por qué lo ha hecho...
-Es humano, Isis. No puede sentir nada por tí, no debe.
Lo contemplo y lo abrazo durante unos segundos.
-Tranquilo... -susurro- sabes que yo no puedo corresponderle. Sabes que no nos sentimos atraídos hacia los humanos físicamente.
De repente, recuerdo algo. Necesito preguntarle al respecto.
Además, haré que olvide el tema de Alejandro, que sé que lo inquieta de forma exagerada y absolutamente absurda.-Has dicho que había dos formas de destruir la gema, Luis. ¿Cuál es la otra?
Palidece mientras formulo la pregunta.
-Necesitan... necesitan matar al primogénito del alfa de cada manada.
-Pero eso es imposible, debe haber cientos de manadas. ¿No?
-Los lobos estamos en peligro de extinción, Isis. La mayoría son conversos, hay muy pocos puros.
Un alfa, debe ser puro. No hay alfas mordidos, no existen.Lo miro confundida durante un momento. Y, de repente, comprendo su rostro más blanquecino de lo habitual.
-Tu padre es el alfa de tu manada. Y tú, eres su primogénito. Luis, estás en peligro.
-Estamos, pequeña.
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Isis
WerewolfLa historia se centra en Isis, una adolescente que pierde a sus padres de forma trágica cambiando completamente su vida. Isis no es humana. No desde la noche que quedó huérfana. Su pasado atenta con destruirla con la aparición de una misteriosa pied...