Capítulo III (primera parte)

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Eran las cinco p.m pasadas cuando mi móvil vibró. Un mensaje de Beth:

"Tú y Harry irán a Starbucks hoy, pasará por tí a las seis en punto xx"

Me apresuré a darme una ducha y me cambié con la ropa del día anterior. Mala idea. Bastó con mirarme una vez en el espejo para darme cuenta de que la novia de Harry Styles no podía asistir en calzas y buzo a una cita con el mismo. Me quité lo que me había puesto y seleccioné la ropa más meticulosamente, intentando no demorar demasiado. Concluí en llevar unos jeans gastados y una blusa de modal en tonos crema. Me calcé unos borcegos que me agregaban un par de centímetros y luego me batí el cabello con la intención de darle un look despreocupado. Bien, no estaba disconforme con el aspecto que había logrado. Me maquillé de forma discreta y llené mi cartera beige de cosas innecesarias. Creo que había terminado.

Estaba reforzándome el labial cuando sonó el timbre. No pude evitar sentir nervios, ¿qué sucedería durante esa salida?

_¡Es para mi! -grité cogiendo mi bolso y corriendo hacia la puerta.

Él hijo mayor del matrimonio que me hospedaba me dirigió una mirada curiosa, seguramente no esperaba que alguien pasara a recogerme, no había hecho muchos amigos durante mi estadía en Reino Unido.

_¿Tienes una cita? -preguntó. ¿Y a tí que te importa?

_Algo así.

Forcé una sonrisa y giré la perilla. Harry me esperaba del otro lado con una expresión no muy amigable.

_Hola -dije poco emocionada.

_Hola -contestó de la misma forma.

Cerré la puerta tras de mí y lo seguí. Nos dirigimos hacia un impresionante Range Roover aparcado en la acera. Era de un color negro impecable y relucía como si acabase de ser lavado; digno auto de una superestrella. Él entró del lado del conductor y se colocó unas gafas de sol -cabe destacar que el día estaba nublado-. Me detuve a observar mi reflejo ensanchado en la puerta del automóvil. No lucía como la típica novia del cantante de una boyband, yo no era perfecta como el resto de ellas. Pensé que quizás mi apariencia formaba parte del plan para mejorar la imagen de Harry, la gente lo vería poco superficial y lo adorarían aún más. Me sentí mal por ello, nadie me lo había dicho.

_No estás esperando que te abra la puerta, ¿cierto? -Harry bajó la ventanilla del acompañante y me miró desde adentro.

_Claro que no -contesté de mala gana y entré en el coche.

El viaje fue silencioso, ninguno de los dos abrió la boca hasta llegar. Me dediqué a observarlo disimuladamente, la cara de concentración que ponía al manejar me resultaba graciosa. Deseé que se quitara las gafas para poder ver la expresión de sus ojos, apuesto que estaba con el ceño fruncido. Una vez que Harry aparcó el auto, decidí que sería bueno acordar qué haríamos exactamente.

_¿Entonces? -pregunté- ¿Qué es lo que haremos?

_Nada demasiado complicado, tomaremos un café y fingiremos que somos felices.

Sin decir más, bajé del auto y esperé a que él hiciera lo mismo. Me acerqué y tomé tímidamente su mano. Harry se tensó y me miró sorprendido.

_¿Qué haces? -hizo ademán de soltarse pero mis dedos lo apretaron aún más fuerte.

_Tengo que hacerlo -susurré.

La gente comenzaba a posar sus miradas en nosotros y debíamos actual naturalmente. No me agradaba andar tomada de su mano, pero ese era mi trabajo y debía cumplirlo si quería alcanzar mi objetivo. Al principio se sintió algo incómodo pero luego comencé a disfrutar de la calidez de su tacto. Claro que hubiese preferido no tener que hacerlo, uno sólo anda de la mano con alguien cuando le tiene afecto, y yo no lo tenía por Harry.

Over Again.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora