Capítulo 4

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Ya llegaron las esperadas vacaciones de verano, y Sena se dedicó a seguir al gato pelirrojo compulsivamente. Llevaba una libreta y todo, para apuntar datos ''esenciales'' para su ''investigación'' .  He aquí el primero de todos:

20 de Junio, en la avenida.

Mi objetivo se sitúa debajo de un coche. Parece ser que quiere escapar de mi. No se porque. Yo solo quiero examinar todas las partes de su cuerpo. 

Ahora mismo me está observando en silencio. Está alzando la pata. Oh no, casi me araña. Caspitas, mi objetivo ha aprovechado mientras me miraba la mano para escapar. Es muy astuto. Creo que quiere juntarse con los demás. Lo veo alejarse. Me parece que tendré que irme, porque por ahí se acerca Marlene.

- Hola Sena...- dijo con una irónica sonrisa. Las niñas ,que más bien sus amigas parecían sus seguidoras, se reían nerviosamente.

- Adiós-  Pero antes de dar un paso, Marlene cogió su libreta.

-Dámela- dijo, conteniendo su ira.

- Chicas, ¡vamos a ver lo que contiene!- La ignoró completamente, y empezaron a leerlo.

- Que divertido, vamos a enseñarlo a los demás.- Marlene sonrió, le gustaba ver enfada a Sena.

Mierda. ¿que podía hacer Sena? 

Le dio puñetazo. Marlene cayó de espaldas en los brazos de sus amigas. Sena aprovechó para coger la libreta y escapar.

- ¡No te lo voy a perdonar en la vida, lo que oyes, en la vida!- El chillido despertó a medio vecindario.  A Sena eso no le importo. Ya estaba demasiado lejos para oír los insultos hacia ella. Se refugió en un callejón que daba a una zona inhabitada de la ciudad.No le importaba lo sucedido, simplemente le daba rabia el hecho de que Marlene tenía comprados a todos sus amigos. Era una niña de papá, muy insensible y egocéntrica. Y eso que solo tenía ocho años, imaginate cuando fuera mayor. 

Las madres de Sena y Marlene se llevaban muy bien, así que delante de ellas fingían caerse bien.Por eso a veces la madre de Sena le decía que estuviera con Marlene, pero siempre se inventaba una excusa. Prefería quedarse toda la tarde comiendo guisantes (Sena los odiaba) a estar con ella.

Intento quitar esos pensamientos de su mente, y fue a la biblioteca a leer. Paso mucho tiempo leyendo, hasta que la bibliotecaria tuvo que echarla porque tenían que cerrar. Volvió a casa a regañadientes. Su casa se situaba en las afueras de la ciudad. Era muy tranquila, lo que a Sena le gustaba. Cuando llego a casa, ceno y se encerró en su cuarto. Cuando estaba ya acostada en la cama, ya casi dormida, una pequeña gota cayó desde su mejilla.


stalkeando a un gatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora