stalkeando a un gato

Capitulo 9

Sena se encontraba en un camino acompañada de altos arboles que tocaban el cielo, ahora color ámbar. A la derecha pudo apreciar un estanque natural y, más arriba, dos figuras entraron en escena. Un muchacho con un chaleco gris y camisa a cuadros enterraba algo en la tierra. A su lado, una niña de aproximadamente seis años, vestía un camisón rosa claro que se mezclaba con los tenues rayos de sol, creando una tonalidad de rosa rojizo. Ella al parecer se lamentaba de algo, y apoyo sus mejillas en el hombro del chico. Este, pausando su labor, apartó la espesa mata de pelo de la niñita y tranquilizo sus sollozos. Sena sintió las ganas de acercarse, y así hizo.

-Hola, soy Sena ¿que enterráis?- dijo, y se alarmo cuando esas palabras salieron de su boca.

-Hugo.- Y estrecharon sus manos.

-Ella es Artemis, mi hermana.- y Artemis miro con sus ojos tímidos a Sena.

-Ahora mismo estábamos enterrando a un Mirlo.- al ver la cara de extrañeza de Sena, se explico. El chico tenia una cara agradable a ojos de Sena.

-Veras, ¿No te parece extraño que, habiendo miles de pájaros viviendo en esta misma ciudad no hayas visto ningún cadáver de ellos? a mi y a mi hermana sí que nos pareció extraño. ¿Acaso irían a algún sitio a morir? la respuesta es no. Un buen día nos pusimos a mirar a nuestro alrededor, y dimos con muchos cuerpos sin vida de pájaros. Desde entonces nos hemos dedicado a enterrarlos.- dicho esto, sonrió a Sena.

-Pues nunca me lo había planteado.- dijo esta.

-¡en efecto! las personas no solemos prestar atención a nuestro alrededor, preferimos otras cosas menos importante.

-¿os puedo ayudar?- dijo Sena.

Y se dedico a buscar cadáveres de pájaros. Presto atención, como bien le había dicho Hugo. Busco mayormente en las ramas de los arboles e incluso llego a escalar a alguno. Encontró mas de los que pudo imaginar. Sintió lastima, aunque de eso se ocupara Artemis, en derramar sus lagrimas en honor de pájaros que una vez surcaron los cielos. 

Cuando llego a casa, encontró a su madre con una amiga suya, y también se encontraba Marlene. Sena maldijo para sus adentros.

-