Parte 2

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Me quede despierto tiempo después de que Adrastos se durmiera, no sé a qué hora me acosté pero el alba llego demasiado pronto para mí. Seguía adormilado cuando escuche que alguien aporreaba la puerta.

-Despierten par de inútiles - sonó una voz desde el otro lado de la puerta -es hora de trabajar.

Reconozco la voz de uno de los hijos de Otis, a pesar de que sigo adormilado me obligo a responder para evitar uno de sus imaginativos castigos.

-Si amo - digo firmemente - enseguida vamos.

-Más les vale - grita en tono amenazador.

Me levanto de la cama y me observo en el espejo, trato de pasar poco tiempo mirándome en el por la nostalgia que me causa recordar el joven que era antes de que mis padres me vendieran como esclavo, ahora cada vez que me veo en el espejo, pienso que no conozco a la persona reflejada en él, mi cabello de color negro esta desaliñado y sucio por la tierra del campo, tengo ojeras por trabajar hasta altas horas de la noche, mis manos ahora son callosas y duras, solo mi rostro conserva la forma que tenía hace años.

-Apúrate - escucho tras de mi - hoy nos toca preparar el desayuno.

-Si ya escuche - le replico tomando una de las túnicas del montón - ¿Por qué no despertaste antes?

-Ya sabes porque, después de todo fue tu culpa que no pudiera pegar ojo la mayor parte de la noche, claro sin mencionar la incómoda cama y el frio que hay en esta maldita casa.

No le respondo porque no se me ocurre nada que decir para calmarlo. Cuando ambos estamos listos salimos corriendo hacia el edificio principal de la propiedad donde se encuentra el comedor, la cocina y las habitaciones de los amos. Cuando llegamos empiezo a sacar los platos y cubiertos mientras Adrastos calienta el pan en el fogón y prepara jugo de naranja. Para cuando terminamos la familia de Otis ya está sentada en el comedor y para variar a mí me toca servir los platos.

-Llegas tarde Guiles - me reprocha Otis mientras sirvo jugo-¿a qué se debe?

-No creo que le interese señor ¿Quiere mantequilla? - pregunto tratando de evitar el tema.

-Si gracias Guiles pero no creo que tu puedas decirme lo que me interesa o no.

-No señor-me disculpo haciendo una reverencia hacia el

-Exacto, ahora responde mi pregunta.

-Claro amo, me quede dormido porque en la noche apenas pude descansar, solo fue un mal sueño, lo siento.

-Está bien, que no se vuelva a repetir-mientras llenaba su boca con un trozo de pan con mantequilla-puedes retirarte

Salgo del edificio junto con Adrastos por la puerta trasera, hacia el campo para que Lander nos de las tareas del día, no nos asignan nada fuera de lo normal, solo recoger la fruta madura y quitar las mala hierbas. El resto de la mañana al igual que la tarde transcurren normalmente, el final de la jornada de trabajo viene también con el toque de queda para los esclavos así que me dirijo a mi habitación para esperar el día de mañana

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Hilos DoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora