Provocada por el Deseo

capitulo 5 : contradicciones

Capítulo 5

Si la casa era algo realmente increíble por fuera por dentro era todavía más impresionante, una casa como las que salían en las revistas que solo se podían permitir los millonarios. Alguien como Austin, mi jefe.

Cada día que pasaba con él me desconcertaba más su actitud y a la vez hacia que su personalidad me atrajera más a él. Parecía que se quería acercar a mí y a los dos segundos su coraza volvía y se apartaba de mí. Tal vez fuera solo mi imaginación, ¿como podía sentirse atraído por mi alguien como él? Sin embargo, a pesar de sus explicaciones sobre mi contratación bastante razonables, tenía el presentimiento de que había algo más.

Nos bajamos del coche y recorrimos el pequeño camino empedrado que daba a la entrada de la casa, presidida por un porche de madera con una gran hamaca colgada en el blanco techo. Austin presionó la pared en la parte derecha de la puerta y, para mi asombro, se abrió un hueco dando paso a unos botones con números y una pantalla. Recuerdo que vi algo parecido en una película de un espía, este hombre nunca dejaba de sorprenderme.

─Aquí, a parte de mí por supuesto, viven mi chofer Jerry, al que ya conoces y mi otra madre, a la que ahora conocerás. No hace falta por ello que sepas el código de seguridad, si pasara cualquier cosa o si por alguna razón no hay nadie, me llamas a mí y yo mismo vendré a abrirte─ sus manos terminaron de teclear la contraseña y la puerta blanca blindaba se abrió─ da igual di estoy ocupado, ¿entendido Becca?

─Entendido. Tengo que coger mi equipaje y el de Timmy

─No te preocupes, Jerry se encargará. Para eso le pago. Ven, voy a presentarte a Greta, la que es como mi segunda madre y la que se encargará de Timmy mientras tú estés conmigo.

Greta era una mujer bajita, adorable, alguien amable y encantadora que hacía que la quisieras desde el primer momento en que la veías, como estaba segura que le encantaría a mi hermano.

Timmy, aun seguía con mi madre. Esa mujer de la que yo no quería saber nada y que ahora mismo estaba con la persona más importante en mi vida. ¿Podría perdonarla alguna vez?, de momento mi dolor ahora mismo era más grande, pero no le prohibiría ver a mi hermano, siempre él quisiera.

─Becca, Becca…te estoy hablando─ Austin me miraba como preocupado─ te has quedado mirando al techo, ¿estás bien?

─Si, gracias. ¿Me ibas a enseñar mi habitación, verdad?

─Si, está en el piso de arriba, al lado de la de tu hermano- concluyo mientras tendía su mano para indicarme que subiera las escaleras talladas en madera.

Si la casa era impresionante las habitaciones tenían que ser una verdadera obra de arte.

Austin se paró en una puerta del segundo piso, la  cual para mi asombro ponía una pequeña placa con muñecos Disney con el nombre de mi hermano. Austin era un hombre sorprendentemente detallista, su actitud no pegaba con el jefe que llegaría a ser de la cadena de hoteles más importante de Nueva York y menos su actuaba conmigo como tal. Este hombre rompía todos mis esquemas a todas horas.

─Me imagine que le gustaría lo que a la mayoría de los niños─ dijo mirándome mientras abría la puerta dejándome pasar a mi delante, como todo un caballero de brillante armadura─ aunque ha sido una decoradora quién lo ha pensado, por supuesto.

La habitación estaba increíblemente decorada con personajes Disney, tanto las sábanas de la cama como las paredes con cenefas de las películas más conocidas. El cuarto que todo niño querría tener.

─A mi hermano le encantan las películas de Disney─ murmure asombrada.  ─Lo sé por eso ordene que el cuarto fuera de esta manera en concreto. Solo es igual que al de todos los niños por su tamaño─ había alguna cosa que este hombre no supiera de mí a estas alturas. Yo era la única en desventaja en esta sociedad. Tenía que pensar en cómo solucionar eso, cuando estuviéramos en un ambiente más o menos relajado le acribillaría a preguntas. Era una promesa. Por ahora era mejor dejarlo así.