Capítulo 8
─James, ya te dije que tenían que estar para la próxima semana. Si, si…los necesito─ parecía algo importante. Meneaba la cabeza hacia abajo como asintiéndole a la persona que estaba al otro lado del teléfono─ vale, si hay algún otro contratiempo házmelo saber enseguida─ y sin más, colgó.
Levantó entonces la cabeza y me miró con esa mirada. La misma mirada felina y sensual que me ponía tan nerviosa.
─ ¡Ven aquí, Becca!─ me instó con una voz tremendamente autoritaria haciéndome saltar de la silla. Señaló la silla donde él estaba sentado y al ver que no me movía curvo sus perfectas cejas en desaprobación.
─ ¡Becca! ¡¿Estás en la tierra?!─ me había quedado embobada mirándole. ¡Tierra trágame!
─ ¡Si, claro!, perdona─ lo miré y él se reía, disfrutando de mis reacciones ─ ¡No le veo la gracia señor Stanton!─ añadí malhumorada.
─Oh…pues le aseguro que la tiene señorita Wilson─ afirmó mientras rodeaba su mesa y venía hacia mi─ ¡se ha puesto usted colorada!
Sin dejarme tiempo a reaccionar me cogió del brazo levantándome de la silla haciendo que cayera en sus fuertes brazos haciendo que de mi boca saliera un grito ahogado.
Mi corazón iba a mil por hora, parecía un formula uno a punto de cruzar la línea de meta. No sé si fue la sorpresa o que mi propio subconsciente le negaba a mis brazos a apartarlo de mí, solo me quede allí inmóvil apoyada en su pecho y disfrutando de el olor fuerte y viril que desprendía su colonia.
─ ¡Becca mírame!─ lo hice, obedecí por primera vez en mi vida─ estas increíblemente hermosa cuando te sonrojas, perdóname…
─ ¿Por qué debería perdonarte Austin?─ le dije confusa.
─Porque no puedo resistirme más…desde hoy nuestro contrato dará un giro de ciento ochenta grados…
Y así sin más, sin darme tiempo a reaccionar de nuevo sus carnosos labios se posaron en mi boca, al tiempo que sus brazos me envolvían y me atraían hacia él. Su lengua enseguida se abrió paso entre mis labios buscando la mía, haciendo que las dos empezarán un baile sensual e increíble que hacía que un inmenso calor recorriera mi cuerpo. El sabor de su boca estaba entre un toque amargo debido al tabaco, que estaba segura que había fumado hace poco y dulce, que arrancó de mi un nuevo gemido. ¡Este hombre me volvía absolutamente loca!
─ ¡Becca…se mía!─ me susurró sensual separando su boca ligeramente de la mía. ¿ Que fuera suya?...oh…sin duda era lo que más deseaba desde que lo había conocido, pero ¿y las consecuencias?¿y Timmy?. No me bastaría con una noche como sabía que el querría, que no tuviera experiencia no quería decir que fuera tonta.
Me sentía como una pequeña princesa asustada dentro de un cuento de hadas que me venía demasiado grande. Tenía que ser cuerda y consciente o no solo yo sufría, tenía que pensar también en Timmy. El era mi jefe y yo no era una caza fortunas a la que solo le importaba el dinero.
Le empujé un poco, haciendo que su cuerpo retrocediera hacia atrás levemente no sin un gran esfuerzo emocional sobrehumano, pues solo deseaba seguir entre sus brazos y que este hermoso hombre me abrazara durante toda la noche.
El no intentó detenerme, solo se separó un centímetro más y abrió la boca para decir algo, pero finalmente se calló y ninguna palabra salió de sus labios. Yo lo miré angustiada y sin mediar palabra, salí corriendo de su despacho abriendo la puerta torpemente y así poder encerrarme en mi habitación. ¿Qué íbamos a hacer ahora? ¿Cómo iba a mirarle a los ojos? La situación se me escapaba de las manos. Abrí la puerta de mi habitación, cerré de un portazo y me tumbé rebotando en la gran y mullida cama, mientras una lágrima surcaba mis mejillas. Me había enamorado de él y ahora la pena y la tristeza me consumían por dentro.
****
Austin estaba anonadado. Había dado besos en su vida, más de los que pudiera contar y numerosas mujeres habían pasado por su cama. Nunca jamás se había comportado tan castamente con ellas y había tenido una sensación como la de besar a Becca. Su corazón palpitaba, su boca sabía a miel dulce y su cintura perfecta solo lo incitaba a tenerla bajo su cuerpo y hacerla gemir de deseo.
También era la primera vez que una mujer se apartaba de él al darle un beso y que sentía una gran necesidad de dar el primer paso, pues siempre eran ellas las que se acercaban a él.
Pensaba que ella iba a hacer lo que debería haber hecho hace unos días en el salón de su casa, pero Becca lo había sorprendido de nuevo. Y allí estaba él ahora, frustrado y solo en su despacho con una erección monumental en sus pantalones. Necesitaba salir de aquella casa por unas horas, no se merecía que ella lo despreciara de esa manera había herido su ego masculino gravemente. Estaba seguro de que sus ojos no le podían confundir, ella lo deseaba tanto o más que él a ella ¿Por qué se apartaba de él? La necesitaba en su cama ahora y punto.
Había cambiado de opinión, Becca sería suya hoy mismo y luego los dos podrían seguir con las enseñanzas para que el hotel saliera adelante. Estaba totalmente seguro que una vez la poseyera su tontería de adolescente nervioso y su prominente erección por su presencia desaparecerían. De modo que no se lo pensó más y salió como un huracán de su despacho y se dirigió a la habitación de ella. Por una vez en mucho tiempo no se molestaría ni a llevarla a la habitación del placer, como él la llamaba, sería allí mismo.
****
Escuché como la puerta se abría y se cerraba de nuevo con un clic, como si un pestillo también se cerrará. Me incorporé rápidamente de la cama y vi a Austin parado delante de mi cama. ¿Qué demonios hacia en mi habitación después de que lo apartara al darme ese increíble beso?
─Becca…tenemos que hablar. He cerrado con llave la puerta y soy el único que la puede abrir y por supuesto no pienso darte esa llave─ mi cara seguramente se puso pálida y mi mente enseguida busco una vía de escape, pues estaba segura que si Austin volvía a tocarme sucumbiría y llegaría hasta el final ─ Te informo de que si estas pensando en la puerta de comunicación a la habitación de tu hermano, se cierra automáticamente si yo cierro la tuya. Es una medida de seguridad que viene muy bien siempre─ me dijo con una voz tremendamente sensual.
Hola de nuevo a tod@s. Perdonad el enorme retraso en subir la segunda parte del capítulo, pues entre las clases y el poco tiempo no he podido escribir. Afortunadamente en nada aquí en mi país comenzaremos las vacaciones de navidad, de manera que actualizaré, espero, más amenudo a partir de ahora.
El capítulo es cortito porque es la segunda parte del que había escrito y es necesario que acabe así para lo que tengo pensado en el siguiente. Espero que os haya gustado, de nuevo os pido mil disculpas y os doy muchisimas gracias pues la historia ya tiene mas de 20.000 lecturas. De verdad gracias a todos. Nos vemos en unos días.
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Provocada por el Deseo
Roman d'amourBecca perdió a su padre en un accidente de tráfico hace cinco años. Su madre la abandono a ella y a su hermano Timmy dos años más tarde. Becca trabaja en el hotel Stanton de Nueva York para poder mantener y cuidar a su hermano. Cansada todos los día...