Nuevos Románticos «Z.H»

Capítulo 4

Dedicado a:

@xGirlsZiallx

@LuzPaulinaLeal

Capítulo 4

El corazón de Niall palpito muy fuerte. ¡Zayn recordaba su nombre! No, el no debía pensar en eso ahora, solo tenía que concentrarse en el trabajo.

—Hola, Zayn—dijo Niall—¿Que haces aquí?

—Vine a verte—murmuro Zayn, muy, muy bajito.

—¿Que?.

—Que vine a beber té—dijo el moreno, mostrando su hilera de blancos y derechos dientes, claramente nervioso.

Niall miro a su derecha y ahí estaban, Liam dándole aire a Sophia con el menú mientras la chica respiraba agitado, escuchó a Liam decir un "te dije que él vino". Aun sentía la mirada de Zayn en él, y se sentía nervioso. Trataba de convencerse de que solo era la emoción de tener a un cantante famoso en la cafetería en la que trabajaba, por segunda vez. Solo era eso, no otra cosa. No cariño, no atracción. Nada.

Sophia se para de la silla tal cual un resorte y camino rápido hasta Zayn, quien hizo lo mismo que la chica.

—¿Eres tú?—pregunto la única chica de ahí y toco con un dedo la cara de Zayn, como si estuviera en llamas—¿No estoy soñando?

—Que tal sí vamos a la cocina por algo de agua, Sophy—comento Liam, tomando camino con la chica, hasta la cocina del café totalmente vacío.

El lugar quedo en silencio un tanto incómodo. Niall mantenía su mirada en cualquier cosa que no fuera Zayn. Y el moreno quería hablarle, pero temía decir alguna estupidez. El sonido de la lluvia cayendo e impactando en los grandes ventanales era el único sonido que sus oídos captaban, pero no sus voces.

—¿Como estas?—pregunto el moreno segundos o minutos después. Tenía que hacer algo, dar el primer paso.

—Bien, creo—respondió Niall encogiéndose de hombros.

—¿Crees?—Zayn le dio una pequeña sonrisa y Niall le sonrio también

—Si, problemas en el trabajo—dijo suspirando para luego recordad la advertencia que el padre de Liam le había dado, la misma que Sophia, solo que la del hombre llevaba un "o estarás despedido"

—Si, lo he visto. Pobre hombre—Zayn sonrio burlón y Niall puso cara de ofendido con una sonrisita en sus labios.

—En mi defensa, el señor estaba estorbando. ¿Que hacía en medio del local?

—Tal vez buscaba una mesa.

—¿Acaso ese hombre era tu tío? Porque lo defiendes demasiado.