Just A Little Bit Of Your Heart [•Nick Robinson•] [EN EDICIÓN]

23: ¿Qué Me Haces?

|•Jake•|

Me sentía tan impotente... tan molesto por todo; furioso conmigo y con Ally.

Todo el maldito fin de semana la tuve en mente.

¡Coño! ¡¿Por qué no la dejaba de pensar?! ¡¿Qué jodidos le pasaba?! ¿Por qué se portó así conmigo? Y yo... ¿Por qué pudiendo tener a cualquier chica que quisiera tenía que estar como un pendejo por ésta chica?

Llegué a la escuela pero no vi a Ally en todo el día, mejor para mí si me olvidaba de ella lo más pronto posible, aun así, no se escapo de mi mente.

"¡Joder Anderson, ya olvídala!"

La evité a toda costa, incluso me salté las dos clases en las que coincidía hoy con ella.

A la hora del entrenamiento de hoy fui el primero en llegar, quería correr, golpear algo, desahogarme.

Comencé por trotar.

No había nadie en el campo más que las porristas que habitualmente tenían su práctica con nuestro entrenamiento.

—Jake—escuché la voz de Ally junto a mí pero no la miré, ni le hablé, no quería, me sentía indignado y cabreado con ella. Corrí y ella siguió corriendo a pesar de lo mucho que odiaba correr (bueno ella odiaba todo lo que implicaba un esfuerzo físico), aun así la ignoré—. Jake, por favor háblame, veeme siquiera—corrió más rápido y se puso frente a mí corriendo de espaldas—. ¡Dios... sabes lo mucho que odio correr! ¡Jake, por favor! Me estoy tragando mi maldito orgullo para pedirte desde la parte más profunda de mi corazón que me perdones por haber actuado como una perra sin sentimientos.

Me detuve en seco extrañado al escuchar a Ally pedir disculpas por primera vez.

Ally tropezó y se cayó de sentón en el campo, al conocerla tan bien sabía lo torpe que era a veces, y esa fue una de las razones por las que me enamoré de ella.

La observé y ¡diablos! A pesar de que estaba furioso con ella tenía que admitir que ese short de mezclilla la hacía lucir muy sexy.

—Mierda—masculló entre dientes y me miró a los ojos mientras yo la ayudaba a pararse—. Jake... de verdad lamento haber actuado así, no lo merecías.

—Pues no, Ally. Y de verdad no te entiendo. Actuas como si yo te gustara y luego solamente actuas como una perra cuando yo solo quiero mostrarte cuanto me importas cuando sabes que por nadie lo he hecho.

—Lo sé, Jake, pero es que es algo que no puedo evitar, actuar a la defensiva. Me encanta estar contigo Jake, tú...—se encogió de hombros sonrojada—... me encantas, pero he pasado por cosas que...—se le quebró un poco la voz—... que son difíciles. Me lastimaron Jake y mucho más de lo que quisiera admitir, no fue que simplemente me rompieran el corazón... lo que me hicieron afectó todo en mí y tengo miedo de volver a eso de nuevo.

¿Qué me haces, Ally?

Di un largo suspiro y tomé su barbilla acercando mi cuerpo al suyo. Ya no me sentía molesto en absoluto, más bien lo que dijo Ally me hizo comprenderla un poco y sentir su tristeza.

—Ally, escúchame bien: yo jamás, JAMÁS me atrevería a lastimarte, te quiero muchisímo, no tengas miedo—le di un pequeño beso en los labios y la abracé.

—Quisiera decirte...—empezó a decir y sus ojos se humedecieron.

Antes de que pudiera decirme lo que quería empezó a llegar todo el equipo al campo.

— ¡Genial! —dije con sarcasmo y fastidio, volteé a ver a Ally y sostuve su cintura— ¿Te busco en tu casa al terminar o estarás con Sean y tu mamá?

—No... estaré en casa con Luke porque estará con sus amigos y tal parece que yo haré de Mary Poppins—dijo con poco entusiasmo y sarcasmo, pero pude notar que quería recobrar su humor y los dos soltamos risas aunque la de Ally no estaba tan animada.

Acaricié su mejilla.

—Entonces te veo allá—ella asintió y se quitó una lágrima del rostro, le besé la mejilla y ella me abrazó para después besar mi labio inferior. Era la primera vez que ella me besaba y me tomó por sorpresa.

—Te quiero, Jake.

—Y yo a ti, mi pequeña Summers.

Ella sonrió y apoyó sus manos en mi pecho.

—Debo irme, ire por el ejército de munchkins.

— ¿De qué dijiste? —pregunté riendo.

— ¿Nunca viste EL MAGO DE OZ? —preguntó recobrándose un poco.

—Eso creo... pero no sé que sean los... munchkinos...

Ally se rió pero yo sabía que no estaba bien aún.

—Munchkins—corrigió—. Luego te lo explico, ya debo irme...

—Ok.

Y se fue.

Me sentía fatal al verla triste ¿Cómo es que no podía permanecer enojado con ella? Me preocupaba tanto por ella y por eso debía verla en la tarde... para hablar sobre (supongo) nosotros.

Terminando la práctica fui a su casa y en cuanto me estacioné vi a unos 4 niños corriendo por el pasto, entre ellos estaba Luke, y Ally estaba sentada en las escaleras de su casa con su teléfono y con la mano en la mejilla como pensativa, levantó la vista y al verme salir de la camioneta se puso de pie y me recibió y aunque ella dudó si abrazarme yo sí lo hice... debía demostrarle que ya no había rencores, que nunca podría permanecer enojado con ella mucho tiempo. La retuve conmigo acariciando su cabello.

—Jake... lo siento.

—Nena... ya te lo dije... no tienes que volver a pedir disculpas, sabes que te adoro.

—Es que...

—Shh... es que nada. Nena, deja de atormentarte con eso, ya te perdoné. Estoy aquí ¿no?

Ella asintió y volvió a abrazarme. Volví a confirmar con mi maldito lado cursi que no había nadie con quien prefiriría estar. Y la besé sin importar nada más abrazando su cintura y bajando mis manos hasta su espalda baja.

Subí y bajé mis manos mientras que ella abrazaba mi cuello y jugueteaba con mi cabello. Pasé mi lengua por su boca y empecé a acariciar su lengua con la mía, se movían en sincronía. Este era de los mejores besos que hemos tenido, era el mejor que he tenido en mi vida.

Nos detuvimos y nos separamos al escuchar a los cuatro niños quejándose de lo que hacíamos, debía admitir que olvidé por completo que estaban ahí. Ally y yo reímos y ella seguía abrazada de mi cuello.

— ¿Sigue en pie tu oferta? —me preguntó estando su rostro muy cerca del mío.

— ¿Qué oferta?

—De ser tu novia oficial—dijo con las mejillas enrojecidas.

Al escucharla me emocioné y la cargué dándole vueltas y vueltas.

— ¡Claro que sí, Ally! ¡Esa oferta siempre ha estado ahí! ¡Me haces tan feliz, nena! —la bajé y le di otro beso cargado de todo lo que sentía en ese momento.

—Ya chicos... qué asquerosos—dijo Luke haciendo muecas de desagrado, Ally y yo volvimos a reír.

—Ok... ok... tú vuelve a lo tuyo—dijo Ally abrazada de mi pecho.

Luke frunció el ceño un segundo y después se volvió a jugar con sus amigos.

Me senté con Ally y la rodeé con mi brazo izquierdo mientras ella se recargaba en mi hombro.

No podía creer que después de todo ella y yo ya estábamos juntos.