Messages ＊ YoonKook

039

—No quiero que piense que soy un pervertido necesitado, pero... Es que taaaanto tiempo juntos, de verdad quisiera compartir esto en especial con él.

—Te entiendo Kookie, Hobie y yo lo hicimos a los seis meses, no entiendo por qué tarda tanto.

Jungkook tembló, ¿seis meses? Ellos llevan más de año y medio, lo mucho que ha podido ocurrir entre ambos son caricias superficiales y besos fogosos, este tema le estaba preocupando; demasiado.

—Tae... Y si... Y si solo tal vez... ¿Le repugna mi cuerpo o algo parecido?

—¡Le parto la madre si piensa así! Tú eres completa y absolutamente perfecto, no quiero volver a escucharte decir eso, ¡¿entendido?!

—Esta bien Tae... —Y una puerta siendo abierta se escuchó. —Yoongi llegó, debo dejarte.

—Bien, hasta el Lunes Kookie.

—Hasta el Lunes.

Llamada finalizada

—¡Ositoooo!~ —Jungkook salió corriendo de la habitación y se lanzó sobre Yoongi, el cuál se tambaleó y casi tiraba las compras. —Bienvenido.

—Jungkookie.

—Ven, te ayudo.

—No, esta bien.

—Le enseñé un nuevo truco a Moon.

—¿Oh, sí? ¿Cuál? —Preguntó Yoongi dirigiéndose a la cocina para organizar las compras.

—Pues... Que de vueltas, aún le sale raro, pero hemos avanzado.

—Oh, es bueno.

Jeon bajó la mirada y mordió su labio inferior, se acercó de a poco rodeando el torso del mayor con sus brazos.

—Hyung...

—¿Qué ocurre, pequeño?

—¿Por qué no quieres... hacerlo conmigo?

Yoongi se paralizó, no de nuevo, él sabía que su Jungkook era un loco hormonal, y quizás ya era su momento, pero definitivamente no estaba listo para dar ese paso en especial.

—¿No te gusta mi cuerpo?

Y se giró bruscamente tomando a Jungkook de las manos, apretándolas con fuerza.

—¿Pero qué dices? Si es malditamente perfecto, ¡lo que daría yo por tu cuerpo, Jeon!

—Es que...

Tomó su rostro y plantó un beso en los labios del menor, acariciando las mejillas suavemente.

—No me siento preparado, no quiero hacerte daño.

—Pero, ¡no me harás daño! Tendremos cuidado, yo te avisaré si algo duele y tu irás despacio, todo saldrá bien.

—Soy inexperto con chicos, Jungkook.

—Lo sé, pero yo te haré cambiar eso.

Sonrió pícaramente y se tiró a atacar ferozmente los labios de su novio, no anduvo con rodeos, beso desesperadamente, y exigió paso a su boca, Min solo se dejó hacer, por ahora. Una vez dado el paso, la lengua del adverso saboreó cada uno de los rincones de la cavidad bucal contraria, unió salivas y el sabor era exquisito, Yoongi no se quedaría atrás, dar paso no significa quedarse inmóvil, introdujo sus manos por el sweater de Fuck me, uno de los favoritos del menor, y dejó caricias desde el abdomen hasta la espalda, lo que hizo que su compañero se estremeciera en cantidades industriales.