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Yoongi se apresuró a llegar al departamento, a la mierda la hora de matemática, ¿quién coño la necesita cuando tienes a tu novio cachondo en casa? ¡Y si no era eso ya había ganado una buena semi-erección de la cual debía hacerse responsable! Porque por dios, esas pantimedias se le veían de muerte, resaltaban perfecta y ricamente las buenas piernas que el condenado se gastaba.

Desde hace dos semanas no paran de follar como conejos, Yoongi ya había entrado en confianza con el sexo entre chicos y se estaba haciendo el puto experto, Jungkook no se quedaba atrás, cada vez se movía mejor y tenía tantas buenas ideas para poner un ambiente y formas sexuales nuevas y exquisitas, no sabía de donde sacaba tantas ideas ese depravado, pero si estaba seguro de algo; disfrutaba cada una de ellas.

Una vez llegado a la entrada rebuscó la llaves con desesperación en su mochila, cuando por fin se dignan a dar razón intenta hacerla entrar en cerrojo pero estás caen al suelo por los torpes dedos del pálido, el cual suelta un gran gruñido de frustración.

—Carajo, no tengo tiempo para esto.

Las tomó e introdujo rápidamente abriendo la puerta promedio, encontrándose con un Jungkook diferente, totalmente diferente, si antes no tenía la erección completa, definitivamente con solo esta imagen ha crecido hasta más no poder.

—Te he estado esperando, papi. —Jungkook se encontraba con un peinado totalmente adorable, constaba de rulos y tenía una pequeña coleta recogiéndole el cabello de la frente como si de un pequeño se tratase. Su camisa holgada rosa con el escrito Play me no era la mejor ayuda, y su novio estaba teniendo la duda de como tenía ropa para las situaciones así, y; oh miren, las malditas pantimedias blancas, estaba sentando con sus piernas hacía atrás y de forma separada, ¿cómo podía ser tan tierno y morboso a la vez? —Llegaste muy tarde y dejaste a Kookie solo, ¡debes tratarme con cariño, papi! —Dijo con una voz totalmente dulce, formando un mohín, sus mejillas estaban ruborizadas, Yoongi no podía saber si era maquillaje o algo natural.

—¡Oh, jesús bendito! —Yoongi se sujetó el cabello y caminó de un lado a otro nervioso.

Sabía lo que intentaba, Yoongi conocía esto; el famoso Daddy kink, ese fetiche de decirle papi al dominante de la relación mientras tienen sexo, mierda el sabía que era todo esto.

—¿Estás bien, papi?

—Estoy respirando, si.

El problema era, ¿seguirle o no el juego? El tema no era desconocido para él, pero por dios, era algo tan extraño, pensar hacer eso, no lo sabía, quizás... No podía negar que la situación le puso, un poco, solo un poco...

...

¿A quién le va a mentir? Estaba duro y necesitaba a Jungkook, ya.

—¿Quieres jugar, bebé? —Preguntó con un sonrisa completamente pervertida, Jungkook se sorprendió, no sabía que lo tomaría así, imaginó algo más como ¿estás demente? Vete.

—¡Si! —Terminó por asentir, cambió de posición, pasando sus piernas hacía adelante, abriéndose, otra vez, la camisa se arrimó y dio vista libre a la ropa interior, Yoongi, moriría, así lo dicta el universo.

Esa panti rosa con encaje blanco que pudo visualizar, oh ave maría, perdona los pecados que cometen, déjalos entrar al cielo.

—Kookie se ha portado mal.

—¿Eeeh? ¡Pero si Kookie es un buen niño!

Yoongi negó y señaló el bulto de su pantalón ajustado.

—Me haz echo esto mientras no estoy en casa, ¿cómo debería castigarte?

—¿C-Castigarme? —Jungkook jamás se esperó algo así, y con la mente retorcida de Yoongi, cuídate las espaldas.

—Si, los niños malos obtienen castigos.

—P-Papi...

—Venga, ya pensé en el castigo, de perrito, bebé. —Sonrió con malicia y Jungkook dudó. —Debes hacerlo caso a tu papi, ¿o no?

Jeon tragó y asintió, se puso en cuatro y Yoongi detrás de él.

—Maldición eliges muy bien las cosas. —Comentó mirando ese trasero guardado por la panti que tanto le gusto.

Acarició los glúteos de forma circular haciendo que Jungkook se doblara un poco al estremecerse, obteniendo una nalgada.

—¡Auh! ¡Yoongi!

—No, papi. —Dictaminó con semblante serio.

—Papi... Duele...

—Te haz movido en tu castigo, obtienes doble castigo.

Otra nalgada más.

Y a Jungkook le dolía, no lo disfrutaba.

Por encima de la tela, Yoongi acarició el miembro medio despierto de su bebé, frotando de a poco, comenzó a dejar besos por los lugares rojizos a causa de las nalgadas.

Con sus dientes tomó el elástico de la ropa interior y la bajó de a poco, dejándola en los tobillos del menor. Introdujo tres dedos de golpe y Jungkook dejó escapar un chillido, dolía un poco, pero ya no tanto, habían pasado solo horas desde su última follada. Gracias al quejido de Jungkook, consiguió obtener otra nalgada; esta vez no dolía, le gustaba, sospechaba que la razón era por el placer que Yoongi le estaba dando.

Tomó el pene de Jeon y masajeó la punta, para recorrer toda la extensión hasta sus testículos, los cuáles apretó, todo mientras dilataba la entrada, y una vez que sintió que era suficiente; adiós pantalones.

Se arrodilló y jaló dos veces, colocó la punta en la entrada y movió de forma circular, sin meterla, eso estaba desesperando al niño.

—¡Papi!

—¿Uh?

—Vamooos...

—¿Qué? Dilo.

—... Métemela.

—¿Quieres que te la meta? —Jungkook asintió tímidamente. —¿Qué se dice?

Dudó unos segundos, ¿qué se dice?

—P-Por favor... Papi.

Y de una sola embestida entró, el castaño oscuro dejó caer su cabeza y brazos, dejando el trasero levantado para Min, el cuál palmeó unas cuantas veces sus mejillas traseras.

Penetró fuerte y rudo y le estaba encantando increíblemente a su bebé.

—¡Mmgh! ¡Papi!

Yoongi atrajo a Jungkook sin salir de él, se tiró al suelo con Jungkook en sus piernas y besó sus labios de forma neutra.

—Eres mi conejito, ¿no? Ahora salta.

Y como mandó su papi, comenzó a saltar repetidas veces en el trozo de su novio, lo sentía tan profundo, tocando puntos divinos que lo extasiaban. Yoongi sujetaba sus caderas para ayudarle en sus lindos saltos, jamás se cansaría de la forma tan perfecta en la que ese orificio aprieta su polla sin piedad alguna, era muy bueno. Se dispuso a darle atención al pene de Jungkook, ya que el estaba ocupado, mucho, lo tomó y masturbo mientras besaba sus labios, podría decirse que no eran besos, se comían, se tragaban, por tanta excitación y adrenalina, ir despacio era imposible.

Jungkook quiso avisar que iba a correrse, pero estaba tan ocupado intentando respirar y no pensar tanto en lo fantástico que se sentía el pene de Yoongi chocar contra su próstata, que terminó por hacerlo llenando el pecho y parte del cuello del susodicho. Sin embargo no paro, Yoongi aún no lo hacía, y mientras él daba sus saltos, Min estimulaba sus pezones. Cuatro saltos más, y fue la derrota para el hyung.

Él pálido cayó rendido en el suelo con su conejo en el pecho, el cual aún se negaba en sacar eso de su interior, ¿para sentirse luego vacío? No, gracias.

—¿De donde sacas estás ideas?

—Internet.

Messages * YoonKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora