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Eran las 8 de la noche, Alejandra y yo estábamos caminando en el parque, discutiendo sobre una película, la cual aun no se estrenaba, pero ya estaba dando mucho de que hablar, y su trama tenia muy dividido al publico.

-Yo apoyo al Capitán America, todo lo que hace es por defender a Buki, y al menos yo haría lo mismo por mi mejor amigo.-Dije.

-Pues sera su mejor amigo, pero no puede andar por ahí matando gente como si nada, además el asesino a los padres de Iron Man.-Contestó ella.

-Estaba siendo controlado por Hydra, el no tenia la culpa.-Replique.

Mientras manteníamos nuestro debate, el celular de Alejandra empezó a vibrar, indicando una llamada, la cual era de su madre.

-¿Bueno?.- Pregunto.

-Ale, ya es hora de que te vengas, no es bueno que andes sola en la calle de noche.-Dijo su madre.

-No me iré sola, Mario me acompañara.-Respondió volteando hacia mi.

-Esta bien, pero ya no tarden, que casi esta lista la cena, invita a Mario.

-Lo haré.- Dijo Ale antes de colgar la llamada.

-Tal vez sea buena hora de irnos.-Propuse.

-Esperemos un rato, aun es temprano.-Contestó ella.

-Pero la cena ya va a estar lista.-Dije.

-Yo aun no tengo hambre, comí bien en la tarde.

-Pero yo si, cuando me llamaste para preguntarme si ya venia apenas iba a comer.

-Entonces vamos.-Aceptó ella.

Cuando íbamos rumbo a su casa, se me vino a la cabeza la idea de como sería la despedida entre nosotros, la cual ya estaba muy cerca.

-Solo quedan dos días antes de que te vallas.- Dije tomándola de la mano.

-Lo se, y no quiero que se acaben.-Contestó con una voz triste.

-¿Y si me mudo a tu ciudad?.- Propuse riendo.

-Estas jugando¿verdad? ¿Y tu banda?, ¿y tu escuela?

Esa broma me hizo recordar como es mi vida, pues desde que había empezado a salir con Alejandra no había tocado un instrumento, mucho menos un libro, incluso era muy poco lo que había hablado con mis amigos, solo sabia que Rocky estaba de viaje igual que Juan, Alex estaba en un curso de guitarra y Elios, pues estaba recuperando el tiempo perdido en la ciudad.

Al llegar a casa de Ale nos abrio la puerta su hermana menor, y mientras ella iba a buscar a su mama yo me quede platicando con la niña.

-Hola Mario.- Dijo ella muy alegre.

-Hola Pia, ¿como estas?.-Conteste con el mismo entusiasmo.

-Bien ¿y tú?.

-Igual, hoy Ale y yo nos divertimos mucho.-Le respondí.

-¿Si? Pues que bueno, Ale es la que no creo que este muy bien.

-¿Porque dices eso Pia?.- Pregunte extrañado.

-Pues ayer ella estuvo llorando en el cuarto de mama, y escuche que decía que no se quería ir, tal vez es porque ella odia la carretera.-Dijo muy inocentemente la niña de 7 años.

-Yo digo que es por eso, le daré consejos para no marearse tanto.-Le dije sonriendo.

Valla, a menos que fuera cierta la hipótesis de Pia sobre la carretera ,Alejandra estaba sufriendo por irse.

Mientras cenábamos recibí una llamada de mi madre, así que me pare de la mesa y conteste:

-Hola mama.

-Hola Mario, oye ¿Falta mucho para que vengas a la casa?.

-Pues tenia planeado un poco de tiempo mas ¿Por?.

-Es que por mi trabajo me mandaron de urgencia a Ciudad Capital, por dos días, tus hermanos se quieren quedar en casa de la Tia Teresa, ¿Pero tu donde lo aras?.

-No te preocupes, puedo quedarme solo en casa.

-Esta bien, te veo en la central de autobuses en media hora, me quiero despedir de ti.

-Claro mama, ahí te veo.- Dije antes de escuchar como cortaba la llamada.

Esto me hacia entrar en un dilema, estar con Alejandra o hacer una fiesta con la casa sola.

-¿Que quería tu mama?.- Me pregunto Ale.

-Se ira de viaje y mis hermanos se quedaran en casa de una Tia, así que estaré solo en mi casa por dos días.-Conteste.

-Es eso o quedarte aquí esos dos días.-Escuche decir a la madre de Ale mientras salia de la cocina.

-¿ En serio me puedo quedar aquí señora?.

-Claro, tu ya eres como de la familia hijo.

-Se lo agradezco mucho señora.

-Agradecemelo dejando de decirme señora y durmiendo a poco más de un metro de distancia de Ale.- Dijo riéndose.

-¡Mama!.-Grito Alejandra sonrojada.

Era oficial, adoraba a esa señora, a la cual no quería que le dijera señora.

Entre El Amor Y El Rock N RollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora