Capítulo 2

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02 de mayo, 2016. Corllin.

-¡Y feliz cumpleaños! -exclamó Kaila, abalanzándose sobre ella para abrazarla.

-Feliz cumpleaños -también le deseó la otra chica. Emily, una joven muy hermosa, de desordenados rizos negros y ojos café, era la compañera de piso de Kaila y una amiga que Meena había hecho en esos meses.

-Mi pequeña está cumpliendo los diecinueve años -dijo Kaila, tirándose sobre la silla acolchada del restaurante-. Me siento tan orgullosa, ¡y pensar que hace unos años la estaba cambiando porque se había hecho en su uniforme!

Kaila esquivó, por mucha suerte, el salero que su amiga le lanzó.

-No hagas desastres, Meena. Los dueños del restaurante no te van a perdonar sólo porque sea tu cumpleaños -advirtió.

-Pero es que...¡tú! ¡sacas esa vieja historia en todos mis cumpleaños! -reclamó, avergonzada, cruzándose de brazos cuando supuso que su rostro estaba tan rojizo como su cabello.

-Es porque me hace feliz recordar que yo te cuidaba -se quejó. Meena rodó los ojos.

-¿Hace cuánto se conocen? -quiso saber Emily, dándole una ojeada a la carta que una mesera les había pasado.

-Creo que un poco más de dieciocho años -contestó Kaila-. Yo debía tener un año y medio cuando una niña de algunos meses me quitó a mi Susy.

-¿Susy?

-Se refiere a una muñeca de trapo; muy fea, por cierto. Tenía cabello rosa y ojos de botones -recordó Meena, arrugando la nariz.

-Sí. Ahora que lo pienso, no sé por qué me gustaba tanto -comentó su amiga-. Era una muñeca diabólica.

-Yo compartía un peluche sin un ojo con mi hermana. No podía ser peor que eso -aseguró Emily y ellas estuvieron de acuerdo.

⭐⭐⭐

-¡Un poco más! -pidió, riéndose- ¡un poco más de esa bebida amarilla, por favor!

-Kaila, tranquila -ordenó ella cuando su amiga bajó del taxi y estuvo a punto de caer al suelo intentando subir la acera para llegar al portón negro.

Kaila volvió a reír pero su expresión se deformó tras algunos segundos y terminó inclinándose para vomitar todo el contenido de la cena de esa noche. Meena se apresuró a recogerle el cabello y brindarle caricias en la espalda mientras oía sus sollozos bajos e irregulares.

La vio agacharse y cubrirse el rostro con sus manos. Parecía dolida de alguna manera.

-¿Kaila? Hey, ¿estás bien? ¿no preferirías entrar?

-No, no...-murmuraba-. Lo siento, Meena, lo siento muchísimo. Arruiné tu cumpleaños, tu vida entera. Perdón. Perdóname, por favor.

-No exageres, mi vida no se va a arruinar porque mi mejor amiga se emborrache hasta perder sus sentidos -le aseguró, cogiendo una de sus manos para ayudarla a levantarse. Kaila negó.

-No lo sabes, no lo sabes -repetía, negando.

-¿Saber qué?

Ella alzó su cabeza y sus ojos oscuros se cruzaron con los verdes de Meena. Estaban llorosos y apagados, algo que no era usual en ella.

-Kaila, ¿qué hiciste? -preguntó, frunciendo el ceño al darse cuenta de que aquello no era uno de sus delirios de ebria.

-¿Cómo es que no puedes recordar? -cuestiona, abrazándose a sus piernas y escondiendo su rostro en la falda de su vestido blanco-. Cada cumpleaños, de cada año, de cada mundo. Siempre, siempre pasa esto. Siempre lo arruino. Y siempre será así.

-¿De qué hablas?

-Es lo que debe pasar -afirmó-. Conocerás a Julián, te agradará y tú le agradarás a él. Luego vas a celebrar tu cumpleaños número diecinueve, y yo voy a estar ahí, por la razón que sea. Y entonces...entonces...lo verás.

-¿Ver qué?

-A él. Chase Dou -sus palabras le causaron un escalofrío que le recorrió toda la columna vertebral. Era un nombre tan familiar y tan aterrador a la vez.

-¿Quién es Chase Dou? -quiso saber aunque algo le decía que no debía preguntar aquello.

-No debes saberlo -fue su respuesta. Suspiró y alzó su cabeza para verla desde el suelo-. Cuando lo conoces, siempre vuelves a iniciar.

-¿A qué te refieres?

-A que el año comienza de nuevo. La mudanza, las clases, todo vuelve a cero. Y el proceso se repite, una y otra, y otra vez.

-No entiendo...

-¿No es un poco tarde para que dos chicas lindas estén aquí afuera? -preguntó una suave voz masculina.

Meena alzó su cabeza y fijó sus ojos en el muchacho frente a ellas.

-Meena, no lo veas, no le hables, es...es...

-¿Chase? -lo llamó ella con un tono de voz que demostraba urgencia por algún motivo. Él asintió.

-Hola, Mee. Ha pasado tiempo.

Y luego todo desapareció.

Siempre tú [CNO#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora