Capítulo 7

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23 de marzo, 2016. Corllin.

Ella abrió sus ojos de golpe y se vio obligada a sostenerse del hombro de Elías para no perder del todo el equilibrio y caer al suelo.

-Elías...¿qué se supone que fue eso? -preguntó, mirándolo confundida.

-Tu verdadera vida -le contestó-. Meena, no importa lo qué hagas o cuánto lo desees, no puedes alejarlos del todo de tu vida. Julián decidió hacerse un espacio en tu vida y Chase ha tenido su destino entrelazado al tuyo incluso antes de sus nacimientos, siempre vas a volver a ellos, aunque te tome tu tiempo. Es el destino, es lo que debe pasar.

-Encontrarse y perderse...-murmuró. Él asintió.

-No queda mucho tiempo -le avisó, tras echar un vistazo al reloj de su muñeca que marcaba las "06:22 pm"-. Ven conmigo -le ordenó, levantándose. Cogió su mano y tiró de ella para que lo siguiera.

-¿A dónde vamos? -pidió saber-. Espera, tengo que tomar mis llaves y la chaque...

-No es necesario. Para las doce de este mismo día, habrás cambiado de mundo -afirmó. Abrió la puerta y la sacó de su casa a empujones-. Tenemos que movernos rápido si quieres alcanzar a Chase.

-¿Veré a Chase?

-Si llegamos a tiempo, sí -contestó, bajando las escaleras de dos en dos. Meena lo siguió lo más rápido que podía-. ¿Recuerdas cuándo conociste a Julián?

Elías se apresuró a abrir la puerta de un convertible rojo y entrar al lado del piloto, tan tranquilo como si fuese su auto. Meena dudó, pero ya que estaría en otro mundo dentro de unas horas, no le vio nada de malo a tomar un vehículo prestado.

-Conocí a Julián en Crilasia cuando tenía siete años -contestó, sentándose en el puesto de copiloto. Elías hizo un sonido afirmativo mientras toqueteaba unos interruptores y movía cables junto al freno y el acelerador-. ¿Qué tiene que ver él con esto?

-Julián es un ayudante, así como yo -comentó, volviendo a sentarse y puso el auto en marcha.

-¿Qué significa eso?

-¿Crees en el destino?

-No respondas a mis preguntas con otras preguntas -protestó.

-Meena. ¿Crees en el destino? -repitió.

-Supongo que no. En realidad no me gusta la idea de que todo sea planeado y uno no pueda controlar su vida.

-Eso no es el destino -explicó, conduciendo con calma por la avenida P-. El destino incluye el libre albedrío, sólo que hay algunas cosas que deben pasar, o personas con las que debes tener algún tipo de contacto, para que puedas crecer. Por ejemplo, tú conociste a Julián de pequeña y a Chase entrando en la adolescencia. Y los adoras a los dos, ¿no?

-Eso creo.

-Cuando eran más pequeños, Julián se enamoró de ti -le confesó con algo de irritación-, ya sabes, era uno de esos amores jóvenes e intensos. Le duró algunos años, pero él sabía que tú andabas loca por Chase. Ahora, tu destino era conocerlos, quererlos y ser querida por ellos. Sin embargo, estaba en tu poder si le decías lo que sentías a Chase, si le dabas una oportunidad a Julián o...lo que hiciste, tu deseo, esa era otra de tantas posibilidades. ¿Lo entiendes? No serías esta Meena de no conocer a Julián y Chase.

-¿Por qué son tan importantes en mi vida? ¿por qué tienen que ser ellos y no otros? -cuestionó y lo escuchó suspirar.

-Por ser Julián y Chase -dijo y se encogió de hombros, luego frunció el ceño-. En verdad no puedo responder a eso. Hay un ángel, ¿sabes? Su nombre es Alizeth, ella se encarga de marcar lo que va a ser importante en la vida de las personas y envía a sus ayudantes a hacer revisiones para asegurarse de que los objetivos se cumplan. El ayudante ocupado de tu caso es Julián, yo fui asignado a Chase después de que tú destruyeras su conexión contigo.

-¿La...la he destruido?

-En parte, sí -se lamentó. Detuvo el auto ante un semáforo en rojo y aprovechó para echarle un vistazo al reloj, "6:43 pm"-. Tú quisiste destruirla por completo y Alizeth no intervino, pero como sus destinos ya estaban entrelazados, no hubo manera de que la conexión se perdiera del todo. Es por eso que terminamos así -el semáforo cambió a verde y él volvió a poner en marcha el auto-. No puedes sólo conocer a Chase y dejar que él influya en tu vida, como estaba planeado que ocurriera, pero tampoco existe un mundo en el que no se encuentren en ningún momento. El límite que Alizeth marcó fueron diecinueve años.

-Y como mi deseo no deja que lo conozca, ahí es cuando todo vuelve al comienzo -dijo, más para sí misma, para estar segura que entendía la situación, que para él. De todas formas, lo vio asentir-. Pero debe haber alguna forma de acabar con esto, ¿no? Es decir, no quiero estar repitiendo estos meses durante toda mi vida.

-¿Tienes alguna mínima idea de cuántas veces lo has hecho?

-Son...¿muchas?

-76 y contando. En 65 te has encontrado con Chase la noche de tu cumpleaños, en 8 lo has conocido en otros momentos y en el resto han sido accidentes. De la misma manera, en algunas Kaila fue tu mejor amiga y en otras tu peor enemiga, así como Julián ha tenido diferentes relaciones contigo.

-Dijiste que había sido su novia -recordó, algo avergonzada, y lo escuchó bufar.

-Sí, que estupidez. Pero él estuvo bastante ilusionado con eso, aunque terminó diciendo que después de tanto tiempo -una sonrisa ladeada se asomó por su rostro- sólo te veía como una pequeña hermana a la que debía cuidar.

-Supongo que estarás bastante feliz con eso -comentó ella. El vehículo se detuvo en seco y Elías giró su rostro hacía ella.

-Nunca, jamás, por nada del mundo, vuelvas a decir algo como eso -la señaló con su dedo índice de forma acusatoria y le dedicó una amenazante mirada que la hizo temblar-. Julián y yo...no, no -él negó y soltó un suspiro, antes de desviar su mirada hacía la ventanilla-. Sólo olvídalo.

-Pe...

-Espero que estés tratando bien a Mee -dijo una voz suave. Ella se sobresaltó un poco al ver a un muchacho junto a la ventana del lado del piloto-. Hola. Te he extrañado, ¿sabes?

Siempre tú [CNO#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora