Cuando dieron las siete comencé a impacientarme, había estado pendiente de cada ruido de la casa. A las siete y media llegaba mamá. Papá debía de darse prisa.
Cuando Carlos le conto toda la verdad a Susana sobre la muchacha recién encontrada, y sobre la novia muerta, mi madre no se lo tomo muy bien que digamos. Las cosas ya estaban de por si mal en mi casa, no vamos a echarle toda la culpa a Miriam, pero lo suyo agravo con creces la situación. Mama dijo que no quería verla en la casa, mi padre le respondió que haría lo que le diera la gana. A lo que llegaron fue a un acuerdo más o menos tácito en los que papá podía traer a Miriam siempre y cuando mamá no la viera. Y si Carlos no se daba prisa iba a romper el acuerdo. Oí como se abría la puerta principal y salí disparado hacia la escalera, aunque me tranquilice al ver que se trataba de Carlota.
-¿Qué pasa? Me pregunto asustada.
-Papa sigue en la biblioteca con Miriam.
-¿Está loco? ¡Mama está a punto de llegar! Pobre muchacha, no sabe lo que le espera como se la encuentre.
Carlota se dirigió a la cocina arrastrando los pies. La pelea de mis padres el día anterior había propiciado que mi hermana se enterara de todo el asunto. Pero lejos de parecer sorprendida o enfadada se lo tomo muy bien. Estaba deseando conocerla y no perdía oportunidad en preguntarme como era ella. Entendí la ilusión de carlota solo tenía quince años, solo veía los pros de una hermana, sin observar el tremendo terremoto que estaba causando a nuestro alrededor.
Volví a subir a mi habitación y espere a que volviera a sonar la puerta, cosa que sucedió un cuarto de hora o veinte minutos después. Baje corriendo de nuevo y me encontré a mama cargada de bolsas y dirigiéndose a la cocina. Decidí que era el mejor camino para que Miriam pudiera salir por la puerta principal, pero cuando me ofrecí a ayudarla, de la cocina salió Carlos con la cara blanca.
- ¡Cariño! ¿A dónde vas?
-¿No nos ves? Pues a la cocina.
-Tengo una cosa que enseñarte antes- Agarro a mama del brazo y la hizo subir por las escaleras, pero antes de desaparecer se volvió hacia mi.
-Carlota quiere decirte algo Francisco, te está esperando en la cocina.
Y me guiño el ojo con toda la intención así que me puse la chaqueta y entre a la cocina. Allí estaban carlota y Miriam, no se parecían casi nada aunque en ese momento se daban la mano como hermanas de toda la vida.
-Coge tus cosas que nos vamos.
Le dije sin mucho miramiento. .
-El que faltaba- respondió carlota- oye, siempre he tenido la curiosidad, ¿es así de desagradable fuera de esta casa, o solo lo hace por fastidiar a la familia?
Miriam me miro desafiante, ya no estábamos en clase y podía decir lo que quisiera, así que espera su veredicto.
-La verdad es que no es muy agradable. Bueno carlota, nos vemos pronto.
-¿Mañana vendrás no?-La miro ansiosa.
-Supongo
-Nos vemos mañana.
- Hasta mañana.
Y le dio otro abrazo. Yo las separe de forma precipitada y agarre a Miriam del brazo para sacarla a rastras de la casa.
-¡Venga!
En cuanto salió de la casa volvió a tirar de mi mano. Le abrí la puerta del coche y se metió en el sin tan siquiera mirarme. Luego me senté en el asiento del piloto y arranque bruscamente. Gran parte del camino estuvimos en silencio, ella se miraba las rodillas y yo trataba por todos los medios de concentrarme en la carretera.
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Bella Sombra
RomanceMiriam siempre se había considerado una chica corriente, hasta que su madre muere y su vida acaba manga por hombro, entre la tristeza por su perdida, la aparición de un extraño profesor que parece dispuesto a amargarle la vida, y de un hombre que di...