Capítulo 6: Compras

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La luna brillaba en todo su esplendor. Una suave brisa acompañaba a la noche, los arboles bailando a su ritmo. Había paz. Un ruido se escucho a mi espalda. Un hombre mal herido se encontraba apoyado en las puertas de mi ventana, poseía varios cortes en su cara y antebrazos, una herida atravesaba su pecho.

Su cabello negro perfectamente desordenado, su tez blanca y ojos color noche, le daban al chico un aspecto de fantasía.

¿Quién eres? – no podía evitar sumergirme en su mirada.

Sus heridas sangraban abundantemente, tome la toalla que reposaba sobre la silla y la coloque sobre su pecho.

¿ Que crees que haces? – tomó de mis muñecas

Salvar tu vida- dije con ironía

No eres digna de .... – se detuvo, observe el hambre en sus ojos.

El visitante me arrojo al suelo y se encamino al barandal.

¿ Donde crees que vas? Estas herido...

A ti eso no te tiene que importar – interrumpió. Volvió su mirada a mi, sus ojos ahora azul marino – Haz de que nunca me has visto.

De un ágil salto se arrojo hacia el vacío nocturno. Así como llego... se fue.


Felicia llevaba toda la mañana hablando sobre lo magnifica que había sido la velada. No podía dejar de sorprenderse cada vez que recordaba lo amables y atentos que los amigos de León eran con ella. Las atenciones, la comida, lo interesante que eran.

Yo por mi parte pasaba intentando no dormirme mientras la escuchaba. Había pasado la noche anterior en vela... bueno, no realmente en vela. Había logrado conciliar el sueño por lo que parecía una milésima de segundo, lo suficiente para soñar. Después de despertar una hora después, no logre dormir... mis pesadillas habían cambiado.

Normalmente tenía siempre la misma pesadilla, o al menos eso parecía. La pesadilla siempre era en el mismo lugar: un jardín. Cada noche el sueño se ampliaba y revelaba nuevos acontecimientos, sin embargo siempre en la misma escena. En la pesadilla alguien la perseguía y ella necesitaba escapar, era angustiante, paralizante... un tono de impotencia teñía siempre la escena. Finalmente la pesadilla culminaba en una habitación que se sentía como suya pero no se veía como tal.

Lo de anoche no había sido una pesadilla.... Se sentía mas como un sueño. Observar al tipo mal herido había despertado más curiosidad que miedo. La escena había cambiado. ¿Qué lo había hecho cambiar? Llevaba casi un año teniendo la misma pesadilla la mayoría de las noches y nunca había logrado progresar. Sentía que ambos: la pesadilla y el sueño estaban relacionados pero... ¿Cómo? Anoche no había hecho nada especial, nada fuera de lo ordinario. Había visitado a los amigos de León y listo.

Bueno... si había algo especial anoche. Había conocido a Alexander... y su apellido raro. Alexander era intrigante: era un chico que sin duda era apuesto pero bastante apartado a la vez. Parecía no tener intención de conectar con nadie que no fueran Cam, Eric o Vincent. Recuerdo que cuando lo vi en The Bank, la milésima de segundo que pude observarlo, me había impactado. Había sentido atracción en ese minúsculo instante. Anoche una sensación opresiva se había apoderado de mi en cuanto le vi en el salón , casi idéntica a la sensación con la que suelo despertarme después de tener mis pesadillas. Sin embargo, cuando me miro cada fibra de mi ser respondía a él...

- Usare el negro ¿y tu? - Felicia me miraba a la espera de mi respuesta. ¿ De que rayos esta hablando? – Tierra llamando a Kat... ¿ Que vestido usaras para la graduación?

Lazos OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora