Antes de que pueda cerrar mis ojos en su totalidad lo veo. Está muy cerca, pero su mirada está únicamente postrada en su objetivo, que son mis labios medianos en tamaño y con forma de corazón. Me rindo, y decido que ya quiero que termine.
Entonces se escucha un crack no muy lejos y alguien entra a la habitación. Cesc. Harry y yo nos separamos al instante.
— ¿Ann? — farfulla él extrañado y con una ceja arqueada. — ¿Qué haces aquí? ¿No estabas en el cuarto de lavado…?
Finge que ha pasado la presencia de Harry por alto. O probablemente no le importa. O quizá no quiere preguntar.
— Sí, lo estaba. —comienzo a aclarar, nerviosa, en tanto me pongo de pie. Por un minuto siento que tartamudearé, pero me controlo. —Pero me encontré a…— hago una pausa para hacerle creer a Cesc que no recuerdo bien el nombre de mi acompañante. — Harry en el pasillo…
— Me encontró en el pasillo y le pedí un bolígrafo. Ya sabes, para hacer el sorteo de a quién le toca jugar primero.
Cesc nos mira incrédulo, aunque no hace más preguntas.
—Sí bueno, Harry ¿crees que podrías ayudarme a llevar una de esas sillas a la sala? Por si deciden aparecerse los demás…
—Seguro.
Bajo la cabeza sólo un poco, esperando que Cesc no note lo ruborizada que debo estar. Detesto mi piel, siempre me delata. En fin, ambos salen del estudio, cargados con las sillas, antes que yo; prefiero quedarme un rato hasta que supongo que el rosa de mis mejillas se ha desvanecido. En la sala de estar ya hay montones de patatas fritas en bolsa desparramadas en el suelo, tres six-packs de cerveza clara y dos refrescos de cola sin abrir. Zayn y Will ya han abierto dos botellas; el primero le da un trago a la cerveza, pero cuando se da cuenta de que entro detrás de Harry y Cesc la deja a un lado.
—Tardaron mucho. —dice, dirigiéndose a mí en particular. —ya empezamos sin ustedes.
— ¿No creen que es un poco temprano para tomar? —cuestiono yo mientras me dirijo al sillón individual. Es obvio que no me concentraré con tanto ruido, pero quizá me divierta un poco viéndolos jugar videojuegos.
—Nunca es tan temprano para ingerir una rica bebida alcoholizada. —replica Cesc mientras le da otro sorbo. —Además, ya son casi las ocho. No es tan temprano, relájate.
— ¿Y lady Blunt? ¿Ya le han pedido permiso para esto? —Debo parecer una aguafiestas, pero esa no es mi intención. No me gustaría que los atraparan ebrios en medio de la sala.
—Ella no está. Tuvo una emergencia, algo familiar, dijo que regresaba mañana por la tarde. —esta vez es Will quien responde, sereno. —Como sólo estaría ausente un día, no fue necesario que pidiera un reemplazo, pero dejó al prefecto Whitmore para que nos echara un ojo de vez en cuando, y a Margarita. Además, sí le contamos que vendrían algunos amigos, y firmó el permiso. ¿Quieres verlo?
—No. —Es raro que Blunt diera permiso para algo así, sobretodo estando ella ausente, aunque prefiero dejar el asunto por la paz. — No es necesario.
—Tú tranquilízate, no nos vamos a poner mal. Whitmore dijo que mañana por la mañana todo tiene que estar limpio y ordenado aquí abajo, o que de no ser así tendríamos problemas. —Añade Cesc, para calmarme. — Considera todo esto como una especie de pre-fiesta. La verdadera fiesta estará en casa de uno de sus amigos. —dice, señalando con el pulgar a Harry y a Zayn. —Lástima que Will y yo no iremos, por todo esto de Blunt.
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Don't let me go
Hayran KurguPor azares del destino, Anabella Harrow había sido enviada a una enorme mansión campirana lejos de casa. Ahí se hará de nuevas amistades que la internarán en un mundo de descontrol, donde las fiestas y reuniones están a la orden del día. Pero topars...