Aurora

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Aurora abre lentamente los ojos, su habitación aún no tiene cortinas, los rayos del sol entran iluminando cada rincón, ella se levanta y ordena su cama, suelta un suspiro de nostalgia y mira por la ventana, nada parece familiar; camina en dirección a la cocina y en la isla hay un plato tapado con un sándwich de atún, cuando se dispone a darle una mordida se detiene al escuchar su teléfono móvil.

-¡Hey! - dice ella con algo de animo, la estaba llamando su amiga Andrea.
-¡Aurora! Al fin te escucho, ¿Cómo va la mudanza?- preguntó la muchacha al otro lado del teléfono.
-Bueno- hace una pequeña pausa- terminamos de traer todo y ya organicé mi cuarto pero aún faltan muchas cosas por hacer.
-No te oigo muy animada ¿sabes?- respondió Andrea algo desconcertada.
-Es fastidioso mudarse, tú sabes que yo estaba muy cómoda en mi anterior casa, ahora tengo que empezar de cero porque aquí no conozco a nadie- dijo la muchacha mientras arrugaba el rostro disgustada.
-Yo sé como eres Aurora, tú tampoco eres de salir a buscar amigos, la gente no te conocerá si te mantienes encerrada en ese apartamento, ¿cuántas veces haz salido desde que llegaste?.
Aurora permaneció en silencio, lo que podía ser interpretado como un "no he salido ni una vez".
-¡Lo sabía!- exclamó Andrea alegre por tener la razón- tienes que salir y conocer a tus vecinos, no voy a estar toda la vida hablando contigo por teléfono.
-Qué fastidio, no quiero salir a conocer a nadie- dijo de mala gana.
-No pienso hablar contigo hasta que me digas que conociste a alguien, créeme que lo hago por tu bien, ¡Bye! - dijo Andrea en tono divertido y colgó la llamada.

Aurora respiró profundo para contener las ganas de lanzar el celular al suelo y con rabia le dio un gran mordisco a su sándwich.

-Okay, sólo saldré a conocer los alrededores de la residencia- dijo Aurora mientras se miraba en el espejo a cuerpo completo, ella era de baja estatura, piel blanca, cabello castaño hasta la cintura y ojos color marrón, cargaba puesta una camisa de cuadros azul marino con un sueter y unos jeans negros, es fan de los colores oscuros, antes de salir toma las llaves y su teléfono.

Una vez fuera del apartamento va al ascensor, presiona el botón y espera pacientemente, cuando el elevador abre sus puertas no hay nadie, lo que le da algo de miedo así que decide ir por las escaleras.
-Nada más a mi papá se le ocurre mudarse a un edificio de veinte pisos- pensó, las escaleras eran muy solitarias pero prefería eso a irse en el ascensor, cuando la muchacha iba descendiendo por el décimo piso se encontró con una escena muy incómoda, había una pareja besándose apasionadamente en el pasillo.

Aurora se sorprendió y dejó escapar una pequeña exclamación de sorpresa mientras se llevaba las manos a la boca, la pareja se separó muy sorprendida y antes de que pudieran decir algo la muchacha subió las escaleras corriendo, presionó el botón del elevador y a pesar de estar vacío entró.
-Perfecto- dijo en voz baja- seguro esa pareja me va a odiar- sus pensamientos son interrumpidos por las puertas que se abren frente a ella, al ver de quien se trata sus mejillas se ruborizan de la vergüenza.
-Siento mucho lo que pasó- dijo la hermosa muchacha que entraba al elevador- por favor no le digas a nadie. La chica era alta y delgada, tenía el cabello rubio a la cintura y los ojos azules, se podía ver que estaba preocupada.
-No tengo por qué decirle a alguien, además no sé de que hablas- Aurora le dedicó una sonrisa y la rubia entendió el mensaje.
-¡Eres un amor!- la chica se le lanzó a Aurora y le dio un fuerte abrazo- Por cierto, no te conozco, me llamo Diana.
-Yo Aurora.

El elevador emite un pitido y las puertas se abren.

-Ven, acompañame- acto seguido Diana la tomó del brazo y la llevó a la plaza.
-Esperame aquí por favor- dijo la chica rubia y salió corriendo a la torre B de la residencia.
Aurora se sentó en uno de los bancos a esperar -Esa Diana es muy rarita- pensó mientras observaba que la chica se acercaba con un poodle negro en las manos.
-Ten, te lo regalo.
-¡¿Cómo?! -exclamó Aurora totalmente sorprendida- ¿Es una broma?
-Para nada, mi perrita Camila tuvo ocho cachorros y este es el último que queda, no me dejan tenerlo y tú vives muy cerca, conservalo por favor- Diana la miró fingiendo tristeza.
Aurora da un paso hacia atrás -Yo no...- y es interrumpida por una voz masculina.
-Diana, deja de andar regalando los cachorros a la primera persona que te encuentras- dijo un chico alto de piel morena y ojos verdes.
-¡Daniel! mira ella es una nueva vecina, se llama Aurora y vive en la torre E.
-No hables tanto- dijo Daniel mientras le quitaba el cachorro a su hermana menor y esta ponía mala cara- Ve al apartamento que vamos a almorzar.
-Lo siento Aurora, tendremos que seguir nuestra conversación después- al decir esto Diana miró a su hermano enojada y se fue.
-Ella es muy habladora, disculpala- el muchacho le dedicó una mirada apenada y se dio vuelta para irse.
-Espera...- Aurora hace una pequeña pausa cuando Daniel voltea y la mira- ¿puedo conservar al perrito?.








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Nota de la Autora:

¡Hola! Si estás leyendo esto quiero darte las gracias, es la primera vez que escribo en Wattpad, así que espero que no esté tan mal jajajajajja.

Escribo esta nota para informar dos cosas:
1- Aún no tengo decidido cada cuanto será actualizada la historia, estos dos primeros episodios los escribí no hace mucho y los quería subir.
2- Lo que tengo pensado con esta historia es que no sea tan planificada, escribir lo que se me venga ocurriendo y así, es por eso que aún no tiene descripción.

Bueno básicamente eso es lo que quería decir ¡Muchas gracias por leer! ^^

Att: WhiteKat
04/05/2016

La Habitación de LauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora