Rodrigo estaba esperando pacientemente el elevador, cargaba los audífonos puestos y escuchaba Faint de Linkin Park mientras movía los brazos como si tocara una batería, el ascensor llega y el da unos pasos hasta entrar, cuando se están cerrando las puertas ve que una chica se acerca corriendo haciéndole señas, el se interpone y ella logra pasar. Rodrigo continúa inspirado en su música y Aurora esta ansiosa mordiéndose las uñas y moviendo la pierna, mira una y otra vez la pantalla que marca los pisos, once... doce... trece... y todo se pone oscuro, "perfecto, ahora me quede atrapada en esta porquería" pensó mientras suspiraba profundo para mantener la calma, "Okay, respira y mantén la serenidad, de nada va a servir que te pongas nerviosa", ella repite la frase varias veces en su mente y se sienta en un rincón, saca su celular y busca la aplicación de "Linterna" lo que se le hace una eternidad, cuando por fin encuentra el ícono enciende la luz y recuerda que no está sola cuando ve a Rodrigo, él tenía la piel blanca y el cabello castaño peinado hacia arriba, era más alto que Aurora pero más bajo que Daniel.
El muchacho parecía estar en shock.
-¿Te haz quedado atrapado antes?- le preguntó Aurora para hacerlo reaccionar.
Él se quitó los audífonos y la miró.
-Nunca, pero no hay problema, sólo hay que esperar un momento- contestó y luego encendió la linterna de su celular tranquilamente.
Había un silencio incómodo, cosa que Aurora odia, esta bien permanecer en silencio y reflexionar o meditar pero con un desconocido al lado no es muy agradable.
-¡No puedo más!- gritó Rodrigo y comenzó a golpear la puerta.
Aurora se sobresalto, él estaba muy sereno y ahora se encontraba fuera de control, los gritos la ponían nerviosa.
-Calma- le dijo ella pero no lo suficientemente alto como para ser escuchada.
-¡Auxilio!- gritaba desesperadamente Rodrigo mientras frías gotas de sudor se deslizaban por su frente.
Aurora se le acercó por detrás y tocó con su mano la espalda del muchacho.
-Por favor calmate...- dijo amablemente pero el chico asustado la empujó con fuerza, ella cayó y dejo salir un chillido de dolor.
Rodrigo regresó en sí y se arrodilló frente a la muchacha que estaba adolorida.
-Perdón, sufro de claustrofobia, yo no quería, perdí la cordura, de verdad lo siento- hizo una pequeña pausa y se puso las manos en la cabeza agobiado, Aurora trato de mantenerse calmada y no devolverle el empujón.
-No te preocupes, todo va a estar bien- dijo ella recordando cuando su abuela le decía esas palabras cada vez que tenía miedo.
El chico se sorprendió por lo comprensiva que fue y se relajó un poco.
-¿Estás lastimada o algo? -preguntó mientras se sentaba cerca y la miraba tratando de encontrar un hematoma o algo parecido.
-Estoy perfecta- le contestó con una amable sonrisa- ella podía sentir lo tenso que él estaba y quería relajar un poco las cosas. -¿Cómo te llamas?
-Rodrigo, ¿tú?
-Aurora.
-¿Vives en otra torre? Nunca te había visto- comentó el chico mientras se quitaba el suéter y trataba de relajar su respiración.
-Me acabo de mudar, vivo aquí en el piso quince- respondió ella mirando hacia el techo.
Rodrigo arqueo la cejas y la miró sorprendido -¿En el apartamento E-7-15?
-¿Cómo sabes?- preguntó Aurora con una expresión de sorpresa.
-Bueno, es que allí siempre pasan cosas raras - comentó el chico con una mano en la nuca.
Ella lo miró con curiosidad -Si con cosas raras te refieres a que se inunda pues si pasan cosas raras.
-¿Se inundó tu apartamento?- preguntó sobresaltado, en ese momento una gran luz invadió el pequeño elevador, ambos cerraron los ojos abrumados por lo repentino que fue, el suelo tembló un poco y sintieron un vacío en el estomago, lo que sólo podía significar una cosa ¡Estaban ascendiendo!.
Los chicos se pusieron de pie rápidamente.
-¡Dame esos cinco!- gritó Aurora sin pensarlo, inmediatamente chocaron sus manos con una gran sonrisa y luego las puertas del ascensor se abrieron.