7. Sólo un sueño

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Narra Marinette.

A veces llegaba a creer que toda mi vida era un simple sueño. Pensaba que en cualquier momento iba a abrir los ojos, me levantaría, querría hablar con alguien como de costumbre pero Tikki ya no estaría allí. Tampoco Chat Noir. Y lo mismo correría para Adrien.

Es que..., ¿en serio yo era Ladybug, aquella querida superheroína? ¿En serio estaba en la misma clase de mi amado? ¿Esta era mi vida? ¿Así de afortunada? ¿Tan normal era ir, saltar por los tejados y salvar gente?

De repente, me costaba mucho creerlo.

—Vamos, Marinette, ¿qué sucede?— la voz de Tikki me sacó de mis pensamientos.

—Pienso— respondí, sonriéndole.

Luego de hacer como que no era nada relevante, me lancé a la cama y sin darme cuenta, me dormí.

***

Otra vez, abría los ojos y me encontraba con el techo de mi habitación. Restregándome un ojo, somnolienta, me incorporé sobre la cama y miré alrededor.

—¿Tikki?— hablé al aire, sin obtener respuesta —... ¿¡Tikki!?

Una leve desesperación comenzó a consumirme. Intentando convencerme a mí misma de que mi kwami estaría por allí, escondida, revisé todo el lugar hasta formar un caos en mi habitación. Pero ella no apareció.

Bajé las escaleras y mis padres tampoco se encontraban en casa. Me dispuse a ir a la preparatoria para revisar si Tikki andaba metida por ahí. Y, como un castigo, ni una sola alma estaba en el patio o en los salones.

Las calles no parecían más que desiertos, sin autos, sin ruido, sólo oía mis propios pasos.

—¿Q-Qué está pasando...?— mi voz se cohibía.

Me derrumbé en medio de la vereda, tratando de no soltar las lágrimas que querían dejarse caer. Estaba apunto de colapsar, de dar un grito que no sería oído por nadie, y en aquel momento sentí una cálida mano posarse en mi hombro.

—¿Estás bien?

Esa voz tan familiar hizo que me diera vuelta rápidamente, sin dudarlo. Me topé con la mirada de Adrien, que me sonreía de forma muy gentil.

—Adrien...— dije, sintiendo por fin algo de alegría —¿Eres real?

Mi pregunta pareció desconcertarlo, pues abrió los ojos y titubeó una respuesta, aunque bueno, a cualquiera le parecería una estupidez. Luego de ver mi cara de seriedad, en vez de hablar, se rió a carcajadas.

—Sí, s-soy real, supongo— intentó decírmelo sin ofender, tapándose la boca con su brazo y extendiéndome el otro —¿Quieres quedarte ahí sentada?

Avergonzada, acepté su ayuda.

—¿Dónde están todos?— pregunté, aún desconcertada.

—Verás, Ladybug y Chat Noir iban a hacer un evento en el parque. Todos están ahí, el problema es que ninguno de los dos ha llegado y...— su tono comenzó a notarse nervioso —Y yo iba a...

Quise volver a hablar, la actitud de Adrien se había tornado sospechosa, y sin darme cuenta, como evitando responderme o que yo hablara, se abalanzó contra mí y me dio un beso.

Logré responder apenas, no sabía qué pasaba.

Espera, no, no, esto no...

¡Abre los ojos!

***

Totalmente exaltada, seguí las órdenes de aquella vocecilla. Primero, apreté los ojos con fuerza y luego, los abrí, topándome con algo totalmente blanco. Al verlo detalladamente, noté que se trataba de mi almohada... Y estaba llena de baba.

—¡Tienes el sueño muy pesado!— se rió Tikki.

Sí, tal vez todo eso acababa de ser un sueño, pero me ayudó a darme cuenta de que mi vida no era tan fantástica y especial como lo creí. Aún habían cosas que podía anhelar, como ser una diseñadora de modas o que Adrien Agreste me bese...

Bueno, la primera opción es más probable. Lo otro podía seguir siendo "sólo un sueño".

One-shot's Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora