Narra Marinette.
Necesitaba con urgencia un lugar donde ir, comer algo y comenzar a trabajar en mi nuevo proyecto. La noche anterior no había dormido para mantener viva la imagen de un diseño en mi cabeza y hoy se me avecinaba lo mismo.
Este trabajo funcionaba así, te dedicabas plenamente a tu vida laboral o abandonabas. Aunque de todas formas yo no seguía ese protocolo, pues Ladybug también requería de mi tiempo.
—Disculpe, señorita, ¿qué va a ordenar?
Ya una vez sentada en un restaurante, oí la voz de quién probablemente era el camarero, aunque mis ojos no se despegaban del computador.
—¿Señorita?
Un poco molesta levanté la vista y casi arraso con la mesa entera al llevarme tal susto. Un chico muy apuesto, rubio y de ojos verdes, estaba mirándome fijamente, y lo único que reaccioné a hacer fue cubrirme el rostro con el menú que me extendió.
—A-Ah, sí, ¡lo siento!— respondí fingiendo reírme de la situación —Estaba concentrada.
Lo peor era que comencé a mirar el menú realmente, mientras que mi plan era orden un simple café. Por desgracia, terminé pidiendo eso y una contundente comida, para no parecer menos.
Cuando el chico rubio volvió a la mesa con mi pedido, dejé el computador a un lado y me rehusé a la idea de seguir allí con mi proyecto. Pero tampoco pude probar bocado, ya que él se quedó parado al lado de la mesa.
—Te he visto en algún otro lugar— habló colocándose la mano en el mentón con aspecto pensativo —Mi nombre es Adrien Agreste, ¿nos conocemos?
—No lo creo— dije con firmeza —L-Lo recordaría.
Sin inmutarse siquiera quien acababa de revelarme su nombre se sentó frente a mí y me observó con detención. Busqué, por si acaso, su rostro entre mis memorias, pero no fue exactamente su nombre lo que removió mi cabeza sino... Su apellido.
—¡Agreste! Es el nombre de la empresa para la cual trabajo, la más grande de todo París— grité sorprendida —Y pensándolo bien, el jefe a hablado de ti en más de una ocasión, describiéndote como un chico amable, caballeroso, optimisma...
—¿En serio mi padre dijo eso de mí?— preguntó un tanto entusiasmado.
Eso y muchas otras cosas.
Recuerdo haber fantaseado con cada característica que Gabriel me revelaba sobre su hijo. Parecía un chico tan correcto, tan utópico. Cada día deseaba entrar a la empresa y topármelo por casualidad, aunque ni siquiera se generara una conversación entre nosotros.
—L-Lo dijo— contesté con una sonrisa boba —Pero... ¿Qué hace el hijo de un reconocido diseñador trabajando como camarero?
—Sólo le hago un favor a una conocida de mi padre— habló lleno de inocencia —De hecho, debería ir a ayudar y algo en tu mirada me tiene sujeto aquí.
No era necesario decir que mis nervios fueron en aumento.
—A-Ah, ¿sí?— musité a medida que mi voz me lo permitía —Mi mirada no tiene nada especial.
—Lo tiene cuando es la mirada que has esperado ver desde hace tanto tiempo— el inicio de su relato me dejó anonadada —Papá hablaba mucho de ti. Primero fuiste su aprendiz estrella y luego la mejor diseñadora de la empresa. Siempre te nombraba, pero yo no conocía tu nombre ni tu rostro, tu identidad estaba oculta para mí... Hasta hoy.
Impactada por su reciente revelación, sentí un nudo en la garganta que no me permitía decir nada. Además, poco a poco veía las manos del joven acercarse a las mías, procediendo a tomar mi mano y dando un ligero beso en ella.
—Toda la vida intenté conocerte... No importaba si era una casualidad— habló nuevamente, mirándome a los ojos.
—O un encuentro planeado— intenté completar su oración.
Sin darnos cuenta, nuestros deseos habían sido los mismos por mucho tiempo. Y hoy, en un puesto de comida, uno de esos deseos se había cumplido. ¿Habría sido obra del destino o un simple encuentro aleatorio? Ni idea.
Ni ese chico que me miraba ni nadie tenía la respuesta. Pero lo que importaba ahora era saber cómo terminaría. ¿Se cumplirían nuestras expectativas de la otra persona? ¿Seríamos tal como su padre nos describió?
Era una historia que después de tanto, acababa de comenzar.
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One-shot's Miraculous Ladybug
FanfictionConjunto de mini-historias sobre Ladybug/Marinette y Chat Noir/ Adrien que duran un capítulo. "Muy juntos y a la vez separados. Tan correspondidos, pero al mismo tiempo, demasiado ingenuos como para notarlo. Simplemente, son dos valientes héroes que...