Les dejo foto de Jeremy.
Sus ojos oliva se posaron en mí determinándome, una amplia sonrisa se ensancho en su rostro y luego besó mi frente y me estrechó entre sus brazos otra vez. Él era mi confidente, mi mejor amigo, la persona que podía hacer que todo estuviera bien con tan solo una palabra de aliento.
Jeremy y yo no éramos hermanos de madre. Papá lo encontró agonizando en el bosque, lo había atacado un lobo. Mi padre sintió pena por él, morir tan joven, por lo que decidió convertirlo, y al hacerlo, lo adoptó como su hijo. En cierta forma lo era, ahora su sangre circulaba por sus venas.
-Escuché lo rumores. –Me indica rompiendo nuestro abrazo y entrelazando nuestros dedos, su mirada se perdió en la mía.
No contesté, coloqué mi cabeza sobre su pecho y comencé a llorar. Jere acarició mi espalda y esperó a que me desahogara. Cuando estuve más tranquila nos sentamos en el amplio sillón, cerca de la chimenea.
_ Soy la mujer más desdichada del planeta entero. –Le confesé.
_ No digas eso traviesa. –Colocó un mechón detrás de mi oreja.
_ No me quiero casar con él. –Sollocé
_ Recuerdo que cuando eras niña jugabas a ser su esposa. –Me sonrió.
-Eso fue antes de conocer la alimaña que es.
_ Ufff, tremenda palabra, por favor nunca la repitas en su presencia o en público.
_ ¿Qué puedo hacer hermano? Aconséjame.
Su vista se pierde un instante en las chispeantes llamas de la chimenea que alumbran la estancia, puedo ver el reflejo del fuego en sus ojos esmeralda.
_ Jeremy -Lo llamo y él me vuelve a ver con una dulce sonrisa dibujada en su rostro.
_ Si por mí fuera, te llevaría conmigo, escaparíamos juntos y te mostraría el mundo traviesa, pero la realidad es otra. No podemos ir en contra de lo que el destino ha puesto en nuestro camino.
-¡Tú también! –Espeto molesta, poniéndome de pie. Me cruzo de brazos y miro a través de la ventana con tristeza.
_ Annia, mi dulce Annia. –Se acerca por detrás y me rodea con sus brazos a la altura de la cintura, besando luego mi cabeza. –Él te encontraría así te escondieras debajo de la tierra, lo sabes. Me duele verte así, quisiera ayudarte, créeme, pero en este caso, las cartas no juegan a tu favor.
_ ¿Me estás diciendo que debo aceptar ser su esposa? ¡Así nada más!
_ Las cosas siempre suceden por un motivo, ten presente eso.
Siento su aliento sobre mi cabello envolviéndome. Su sola presencia me tranquiliza, Jeremy es mi luz, el faro que me guía a desembarcar en puerto seguro sin que me precipite contra las rocas.
_ No te vayas más. –Le pido.
_ No lo haré. –Me promete. –Ahora ve a hablar con papá, y por favor, escoge tus palabras, está muy molesto.
_ Creí que me apoyarías. –Le reprocho decepcionada.
_ Si se tratase de cualquier otro hombre, lo hubiera hecho hermanita, pero él es nuestro gobernante, la máxima autoridad.
Me zafo de su agarre y comienzo a caminar en dirección al estudio de mi padre.
_ No es justo. –Agrego oprimiendo mis labios, siempre hacía esto cuando me sentía aturdida.
_ Lo sé. _Me respondió con su mirada cargada de consideración. Él tenía razón, quién estaría tan loco para ir en contra de Draggon, sólo una chica obstinada como yo.
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_ Padre. –Lo llamo permaneciendo en medio del marco de la puerta.
_ Pasa hija. –Me contesta sereno.
_ ¿Estás enfadado conmigo?_ Le consulto.
_ Lo estaba, ahora ese sentimiento ha sido sustituido por otro, contrariedad.
_ ¿Por qué? Siempre me enseñaste a defender mis principios, y ahora que lucho contra el destino que me ha sido impuesto, de lugar de sentirte orgulloso por mantener mis convicciones, ¿Te sientes decepcionado de mí? –Pronuncio realmente dolida.
_ Annia, te voy a dar un consejo, tómalo o déjalo es tu decisión. Si sigues actuando como lo has hecho hasta el momento con Draggon, lo único que lograrás es que te lastime, y créeme cuando te digo, que si lo buscas por mal, lo vas a encontrar. No obstante, si eres más inteligente, si dejaras de ser tan testaruda y te permitieras abrirte a la posibilidad de amarlo, las cosas pueden resultar favorables para ti.
_ Amarlo, abrirme, ¿Ser dócil te refieres?¿Estar bajo su sombra y hacer todo lo que él quiere? ¡Jamás me oyes! no me doblegaré ante él, primero muerta que sumisa.
-Entonces me temo que ése será tu futuro.
Me congelé al escucharlo, no podía estar hablando en serio.
-Annia, algo que no sabes es que tu compromiso con Drag fue sellado con un Acuerdo de Sangre ¿Sabes lo que eso significa verdad?
Me petrifiqué al entenderlo, claro que sabía lo que un acuerdo de sangre representaba, era inquebrantable, la única salida es la muerte.
_ ¿Por qué me hiciste este daño?_ Le reclamo llorando con amargura.
_ Te amo hija, pero en ese momento me pareció hacer lo correcto, Stone es poderoso, creí que él te daría seguridad, bienestar, y aún lo creo.
_ Él no es una buena persona, su corazón es de piedra. –Afirmo.
_ No es así, dale una oportunidad.
_ Nunca, tú mismo has sido testigo de su crueldad, de su mano de hierro, me duele que mi propio padre sea un monigote de su amo.
Papá levantó su mano con intención de bofetearme pero se contuvo. Lo miré sorprendida, nos quedamos de pie, uno en frente del otro, sin nada más que decir por unos leves instantes
_ Ve a tu habitación. –Añadió dándome la espalda.
Obedecí, me retiré, asimilando lo que casi sucede, choqué con mi hermano de camino.
_ Annia. –Sabía que había escuchado la conversación, su oído es más agudo.
_ Sólo quiero estar sola. –Espeté furiosa y me encerré en mi cuarto.
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Nuestra Annia tiene caracter ¿Verdad? ¿En cuántos problemas se meterá esta niña? Lo sabremos en el próximo capítulo.
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El Rey Vampiro (Editada)
VampireGanadora de los Pyoungwritters 2016 SINOPSIS -Tú eres mía Annia. -Dice él cerca de mi oreja tomándome con brusquedad del cuello. -Jamás. -Exclamo, tratando de liberarme de su agarre. -No puedes huir de mí. -Sostiene besando mis labios con brusquedad...