Capítulo 5

415 15 1
                                    

Cuando desperté ya habíamos llegado al que sería nuestro nuevo ‘hogar’, seguía deseando volver a casa pero no se cuando me dejarían irme. Me sentía cansada, ¿cómo había llegado hasta aquí?, ¿y Harry? Tenía tantas dudas en aquel momento. Decidí que lo mejor sería explorar, así que me adentré por los pasillos de esta nueva casa, abrí cada puerta que encontré, había habitaciones, muchas habitaciones, en una de ellas encontré a Harry durmiendo, me acerqué a él despacio, coloqué mi mano a centímetros de sus labios, necesitaba tocarlos de una vez. Cuando por fin iba a conseguirlo, la mano de Harry aprisionó mi muñeca, ‘por un pelo’ pensé.

-¿Qué hacías?

-Tenías una mancha. –Mentí. –Y pues, iba a quitártela, ya sabes…

-¿Segura que era eso, Rachel? –Sabía lo que quería, ahora había quedado como una niña. Aunque seguro que él ya pensaba que lo era.

-¿Eres virgen? –Me ruboricé, estaba segura que ahora mismo parecía un tomatito, ¿cómo se le había ocurrido preguntarme eso?, ¿qué le importaba?

-Esto… no, para nada. –Reí.

-Entonces, ven. –Me sentó sobre sus piernas. Para cuando quise darme cuenta tenía sus labios a milímetros de los míos. Me alejé.

-No, espera. Sí, soy virgen. –Empezó a reír como el otro día al caer sobre el suelo de una de sus tantas casas. –Ni siquiera me han besado nunca. –Admití algo avergonzada.

-¿Nunca? –Su cara expresaba incredulidad, ¿tan raro era?

-Nunca. Nadie ha querido. –Agaché la cabeza, no era capaz de mirarle a los ojos.

Posó su mano en mi barbilla, alzándola. Nos miramos a los ojos, poco a poco fuimos acercándonos, no me podía creer que fuera a besar a Harry, a Harry Styles.

-¡Harry! –Zayn entró de repente, interrumpiendo mi casi primer beso, ‘muy oportuno’ pensé.

-¿Qué quieres ahora? –Parecía fastidiado, ¿de verdad quería besarme?

-¿Se puede saber que haces?, ¿no pensarás en tirártela? –Menudo vocabulario tiene el amigo. Me sonrojé, mordí mi labio para que pareciera que estaba pensando en algo, aunque lo único que podía pensar es cuándo podría besar esos labios.

-No, jamás haría nada con ella, no es mi tipo. Rachel vete. –Me ordenó. ¿Perdón? ¿Intentas besarme y ahora dices que no soy tu tipo?, ¿De qué vas señor Styles?

-Está bien. –Me marché de allí dando un portazo.

                                                                                     ***

-¿De verdad ibas a besarla? –Zayn no dejaba de reírse de mí, solo quería besarla para ser el primero.

-¿Qué? No, ella quería besarme, iba a apartar la cabeza en cuanto estuviera más cerca. –Dije poco convencido.

-Deberías dejar para los demás también, ¿no crees Styles?

-Toda tuya, te dije que no era mi tipo. –No mentía, no le había visto nada especial. Estaba en una misión, no iba a encapricharme de ella, nunca.

-¿Ella es…?

-Sí.

-Nunca lo hice con una que lo fuera.

-Yo tampoco. –Mentí.

-Que te quede claro ricitos, es mía.

-Eso ya lo veremos. –Sonreí con mi ‘sonrisa Styles’, como la llamaba. Después de oír a Zayn, me había marcado ese objetivo. Ahora mi objetivo tenía nombre: Rachel Williams.

                                                                                       ***

Estuve llorando durante horas, ¿cómo había podido decir Harry que no era su tipo minutos después de intentar besarme? ‘Esto te pasa por tonta, por haber creído que le podrías interesar a ese estúpido’ me eché la bronca a mí misma, como llevaba haciendo toda la vida. Nunca había tenido unos padres que lo hicieran, y aunque mucha gente diría que estaría genial, no lo es. A veces necesitas a alguien. Menos mal que tengo a mis hermanos mayores, si no, no se que habría hecho.

-Rachel, ¿estás bien? –Era Harry.

-¿Qué quieres, rematarme? –No le miré, preferí no hacerlo, estaba tumbada sobre mi cama, observando la pared.

-¿Qué te pasa ahora? No he hecho nada malo. –Noté como la cama descendía bajo su peso, se había sentado a mi lado y pasaba un dedo por mis piernas.

-Eres idiota. –Agarró mi pelo, haciendo que le mirara asustada.

-¿Soy qué?

-Amable, muy amable. Suéltame. –Me soltó dejándome caer sobre la cama.

-No quiero que vuelvas a insultarme, ¿entendido?

-¿Por qué eres así conmigo?, ¿Qué te he hecho? –Estaba triste, no podía mirarle, sabía que si lo hacía lloraría.

-Soy así con todo el mundo, no iba a ser mejor contigo. No eres nadie para que mi actitud cambie. –Mis lágrimas volvieron a brotar por mis mejillas, ¿qué tenía este idiota para que me importara tanto lo que decía?

-No llores. –Volvió a emplear ese maldito tono autoritario.

-Tú no me mandas.

-Eso ya lo veremos. –Se acercó a mí, no sabía si alegrarme o no, él sonreía, con esa sonrisa que me había conquistado.

Continuará.

¿Siempre? // PAUSADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora