20 Casi investigacion

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Estaba acomodada ya en mi cama, apoyada en la cabecera, pero con la vista fija solamente en la MacBook que George me había regalado.
Había llegado a casa un poco antes de las 8 y mi ansiedad no había parado desde entonces, no dejaba de morderme las uñas y hasta podría decir que me sentía nerviosa, porque...?, solo había una razón, una de la que no quería enterarme, pero a la vez si, aunque muy en el fondo sabía que esto sobrepasaba los límites de lo personal y la confianza entre Eliot y yo, y que fuera lo que fuera, no volvería a ver a Eliot de la misma forma en la que lo veo (fuera cual fuera esa forma de verlo porque..., ni yo misma sabia como lo hacia).
Pero lo que sí era seguro, era que no pasaría de esta noche sin saber a qué se habían referido en aquel periódico, con lo de... "Trágica Relación", mi cabeza están echa una pelota, llena de preguntas, pensamientos, suposiciones y demás cosas que yo sabia más que perfectamente que se irían al momento de agarrar aquella MacBook, prenderla e irme directamente a donde me había enviado Eliot, porque sinceramente la curiosidad podía más, mucho más que yo, o al menos era eso o que los nervios me comieran viva.
Así que opte por la primera opción, de un brinco alcance la computadora y me volví a acomodar en la cama en lo que se encendía, no se, pero sentía que debía de ir por palomitas y refresco porque esto se iba a poner interesante.
-Estupida maquina.- creo que estaba entrando en crisis, pero porque?!!, sinceramente no debía de estar así, vamos Eliot... el... ni siquiera me llegaba a gustar ni poquito, entonces mi reacción no debería de ser esta, porque sus relaciones me daban igual... o no??.
Y de repente el sonido del timbre de mi casa sonó sacándome del transe en el que comenzaba a sumirme, pero... qué rayos querían a esta hora?!!, o por lo menos porque se atrevían a tocar a mi puerta cuando estaba a nada de... Ay! en fin.
Me levanté de mi cama dejando a un lado la MacBook y salí de mi habitación para ir directo a la puerta, ya no sonaba en timbre, no, ahora en cambio eran golpes fuertes e insistentes... y comenzaba a dudar si debía de abrir o no mi puerta, porque, quien sabe, nadie toca así a tu puerta a estas horas de la noche... a menos de que se trate de un loco, violador, asesino, secuestrador, terrorista, mutilador o peor... qué tal si se trataba de aquel cobrador gordo y sudoroso con olor a redbull y tabaco, que una vez hasta llego a acosarme con tal de que pagará aquel celular que había sacado en abonos y que aún así no había pagado con la excusa de que me lo habían robado, cuando en realidad se había caído al escusado.
-Alex.- se escuchó del otro lado de la puerta, esa voz era de... bueno oficialmente había arruinado mi casi investigación sobre aquellas palabras impresas en la página del Hell's Report.

Siempre que te tengaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora