Maldito cara de pene [UF!Fontcest]

10; Final.

- Dime que estas bromeando.

Undyne desvió su mirada, no podía con eso. No una segunda vez.

- Lo siento, Papyrus. -Mettaton posó su mano en el hombro derecho de Papyrus, a lo que él tan sólo lo miró, rogándole con una simple mirada que, lo que estaba oyendo, fuese toda una mentira. - Alphys hizo de todo pero... -Las palabras de aquella guerrera morían en su garganta, no podía, aunque fuese por decirle la verdad, la cruda realidad, sus palabras se negaban a salir. - ... Realmente lo siento, Papyrus -Sus piernas flaquearon, a lo que Papyrus rápidamente reaccionó, tomándola de los codos, ayudándola a mantenerse de pie. - Realmente lo siento...

- ¿Sans... Sans está muerto? -Fue lo único que pudo preguntar el esqueleto, su voz quería quebrarse, sus lágrimas querían salir y bajar por sus mejillas, más él no quería que nada de aquello sucediese. Aún no le confirmaban nada. - Undyne, ¿Sans está muerto?

- Papy, no deberías... -El susodicho miró por sobre su hombro. Mettaton esperaba una mirada con odio, o un simple pero friolento 'cállate', más eso no se acerco nada a lo que realmente hizo Papyrus.

- Por favor, quiero escuchar si Sans está bien o no... -Mettaton mordió su labio, no quería escuchar la respuesta, era más que claro lo que realmente había sucedido en el laboratorio de Alphys, entonces, ¿por qué tanta insistencia en escucharlo? Sería como una segunda muerte para ellos. - Quiero saber si es necesario llorar.

- Papyrus... -Undyne lo miró, y tal y cómo había pensado, lágrimas brotaban de sus cuencas. - Papyrus, tú no... Tú eres fuerte. -Intentó secar sus lágrimas, más éste corrió su rostro, impidiéndole el mínimo contacto con estas.

- Esto es lo único que puedo hacer por Sans... -Soltó sus codos y esquivó a ambos monstruos, comenzando a caminar a su casa, la cual ya no podría compartir con quien más amaba. - Nos vemos mañana.

Y aquellos dos monstruos, no hicieron nada para detener a aquel solitario esqueleto, a quien había perdido a su hermano, a quien, a pesar de todo, lo amo sincera y verdaderamente. Perdió al único que lo amo, pese a los malos tratos que recibía y al daño que le hacían.

Lo amó por encima de todo, mas éste nunca se dio cuenta, y si lo hizo, fue demasiado tarde.

♥♥♥♥

Pasaron alrededor de dos años desde la muerte de su hermano y único amor, realmente le costó acostumbrarse a estar sin él, pero luego de mucho esfuerzo y papeles desechables, pudo seguir adelante.

Claro que, sin olvidarse de él.

Las cosas en la casa no habían cambiado demasiado, o al menos, no la antigua habitación de Sans. Aquel esqueleto limpiaba todos los días aquella pieza, más siempre de limpiar cada rincón, volvía al lugar correspondiente cada objeto que antes estaba en el suelo, dejando todo tal y como Sans lo había dejado antes de partir del Underground. La lasaña de Papyrus había mejorado un 99,9% desde que lo perdió, pues al no tener compañía para hablar ni para tener sexo, tenia mucho tiempo para mejorar como... Esqueleto.

Alphys, la científica real de Asgore, había colocado cámaras en toda su casa por si intentaba atentar contra su vida, porque claro, la muerte de dos monstruos no irían bien en su informe. A Papyrus le parecía estúpido, pero comprendía el miedo de aquella lagartija amarilla, si él hubiese sabido sobre lo de Sans, también habría puesto cámaras de vigilancia en la casa.

- ¡Papy~! -Unos golpeteos en la puerta fueron los que lo sacaron de sus pensamientos, con calma dejó la habitación de su difunto hermano y bajó, abriendo la puerta. - ¡Papy, darling! Me preguntaba si querías salir conmigo y Frisk.