Serendipia

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De todas las cosas que viví, ésta sería la más rara. Me ví a mi mismo, a los 13 años. Un chico alegre, fuerte, decidido. Con una sonrisa de mucho encanto. Lo pienso y no lo veo, lo veo y no lo creo. ¿Que hago acá?. Mi otro yo, se acerca.
"¿Que es lo que buscas?" me dijo, con una voz un tanto difónica, y una mirada fría. "¿Vos no me trajiste acá?", le respondí sorprendido.

"No, bobo. Acá viene la gente que está por morir. Debe ser pco alentador escuchar eso de alguien que es idéntico a vos. Pero quedate tranquilo, no tengo nada que ver con vos. Sólo soy una voz en tu mente, que decido mostrar una forma física para no confundir a los visitantes. Ah, los "visitantes" son las personas que antes de morir, vienen en busca de sus dudas existenciales. ¿Vos porqué viniste?

No sabía que responder.

"Tenés una sola pregunta, hay mucha gente esperando".

"Yo no estaba buscando nada, sólo estaba cumpliendo el sueño de mi vida, viajar. Lo cual nunca llegué a realizar, cosas absurdamentes extrañas me pasaron en el camino, lo último que recuerdo es que estaban por matarme, y después aparecí en una casa. No entiendo nada de lo que está pasando, sólo quiero que todo vuelva a la normalidad."

El sujeto que era parecido a mí, se sienta en un escalón, en la entrada de la casa. Me hace una seña, como para que me siente con él, y lo hice.

Si supiera lo que iba a pasar, no lo hubiera echo. Me estaría ahorrando la confusión actual.

"Vos te llamas Gabriel, sos un enfermo psiquiátrico, estas internado desde los 13 años, desde que mataste a tu mamá. Te volcaste en las drogas para buscar otra realidad y en ella, una explicación. Pero lo que encontraste fue peor, te viste envuelto en una maraña de situaciones confusas, momentos de abstinencia, paranoias e incluso, deliraste en unas horas, más de lo que lo hiciste en tu vida. Te escapaste y te fueron a buscar. Al momento de llevarte en la ambulancia, los médicos se dan cuenta de que estabas convulsionando. Y acá estas, sin saber nada de la realidad en la que viviste estos años, esa realidad fingida, utilizando todo tipo de droga, sólo para aguantar un poquito más, escapando de supuestas rutinas y presiones imaginarias, falsos momentos de angustia. Tu vida se tornó una mentira, y solo quien quiso creer esa mentira, fue quien te acompaño en tu viaje."

Por mi rostro, lentamente caía una lagrima. "¿quien me acompañaba? ¿la locura?"

"No amigo, la vida del drogadicto, que es lo que sos, sos la escapatoria del que no tiene huevos para vivir. Espero no verte más acá, y que hayas aprendido algo."

Esas palabras cambiaron todo. Mis ojos se cerraron y una galaxia de recuerdos pasaron por mi mente, toda mi vida, y todo lo que perdí por la droga. Maté a la mujer que me había dado la vida, y luego me fui de la mano con quién me lo quitaría. De un momento a otro, todo se detiene. Sólo reconozco al silencio en mis oídos.

Al abrir mis ojos, estoy acostado en una cama, tapado. Un velador me iluminaba, y se escuchaban unos pasos a gran velocidad, viniendo hacia mí. Alguien abre la puerta, y yo solo grité "Hijo, ¿estas bien?". Era mi madre. Ahí entendí que volvía a ser yo, entendí que la vida me daba una nueva oportunidad, entendí que la droga me había quitado lo más lindo de la vida, el amor. Abracé a mi mamá, y me quedé ahí, junto a ella, con ese sentimiento tan lindo, el amor de madre.

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