¿Error?

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Abrí el frigorífico intentando pasar olímpicamente de la insoportable voz de mi cabeza. Cosa que era casi imposible, fastidiaba continuamente y sin cansarse nunca..

Saque un trozo de queso, jamón dulce y un trocito de pan. Empecé a comer despacio y mirando fijamente en la nada. 

Mi hermano y los demás aún no habían vuelto, Gian insultaba exageradamente por haber fracasado en el videojuego, Benjamin se reía a carcajadas y Francis.. no lograba oír su voz. 

Me levante y deje mi plato en el fregadero y al girarme me quedé de piedra.

- Francis ..- murmuré al ver que lo tenía a tan solo unos pocos centímetros de mi cara - Necesitas algo? - dije apenas en un susurro.

Ojalá pudieras verte la cara de boba que tienes. Se hizo presente de nuevo.

Acabare en algun manicomio por tu culpa si sigues hablando!  Dije para tratar de hacerla callar.

- Daria.. yo.. - empezó Francis a hablar y a dar un paso minusculo hacia atras, pero aún seguía estando muy cerca de mi - Creo que.. 

- Que pasa Francis? - pregunte esta vez más relajada.

Lo miraba atentamente, aunque de vez en cuando tenia que desviar la mirada por algun segundo y romper esa conexión. Me miraba atentamente como si estuviera estudiando cada detalle de mi rostro. Apenas parpadeaba y me daba la impresión de que su respiración cada vez se volvia mas pesada. Su pecho subía y bajaba cada vez más rápido y logre pillarlo cuando humedecía sus labios mirando fijamente los míos. Su mirada era tranquila pero intensa. No sabría definir exactamente la sensación que me transmitía al mirarle directamente a los ojos. Eran intimidantes y simplemente no lograba mantener la mirada. Un sentimiento de deseo me envolvió y no podía pronunciar ni una palabra más. El silencio se instaló despacio entre nosotros y se sentía bien, sentía intriga y nerviosismo. 

Dio un pequeño paso hacia delante, logrando que nuestros cuerpos rozaran ligeramente. Extendió poco a poco sus manos hasta que sentí el ligero roce de sus dedos en los míos, provocando en mi varios escalofríos. Me sujetó las manos muy despacio y yo me sentí segura al instante, me sentía cómoda y como si nada podría pasarme estando a su lado. 

Que demonios me sucedía?! Porque me sentía así de bien?! Y porque no hago nada para impedir todo esto?!

Francis me acerco a el de un ligero tirón de manos y así logre estar pegada a su pecho que aún seguía subiendo y bajando apresuradamente. 

Quitó la vista de mis labios, que por alguna razón extraña me los estaba mordiendo inconscientemente y volvió a fijarla en mis ojos. Esta vez su mirada fue como una advertencia de que algo me iba a hacer y muy despacio se fue acercando más y más a mi boca..

- ¡¡No me lo puedo creer!! 

La voz de Gian hizo que Francis se alejara rapidamente de mi y fijó su mirada en el suelo. 

Yo cerré fuertemente los ojos por la vergüenza que sentía y tape mi rostro con las dos manos, evitando así la mirada de alguno de los dos.

- Francis.. - murmuró Gian de nuevo.

- Fue un error. - respondió Francis secamente y mirándolo a los ojos.

Quite las manos de la cara y mire a Francis confundida.

Un error? Eso era yo? Un error?!! 

Pues claro lista! No creerás que eres Blancanieves y el el príncipe azul.. murmuró la voz.

VETE A LA MIERDA!!!! Grite harta de ella. 

Los dos me miraron sorprendidos y fue entonces cuando me di cuenta de que lo habia dicho en voz alta. 

Rodeada de siete hombres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora