Live For Love

CAPÍTULO 8

Violetta llegó a la ciudad. Finalmente Mel se fue sin decir nada, lo que para ella significó que se había acabado su relación. Pero en ese momento no le importaba.
Una vez que llegó fue directamente al hospital. Allí preguntó por Leo y le dijeron donde estaba.
Al llegar vio a Amber, pero pasó de ella y fue directamente al cristal que daba a la habitación de Leo, donde se encontraba tumbado, quieto y lleno de tubos. Verle así le removió a Violetta, la cual posó la mano en el cristal, intentando tocar al amor de su vida. Intentaba contener las lágrimas pero estas eran más fuertes y acabaron saliendo. Amber se acercó y le puso una mano en el hombro, Violetta se giró.
- ¿Qué le ha pasado?
- Cuando te fuiste...se iluminó como un árbol de Navidad. Los doctores después de bastantes quimios decidieron operarle...y se quedó así.
- No puede ser...
Dijo casi en un susurro, no le salía la voz porque notaba un nudo en la garganta.
- Él te amaba, Violetta.
- Eso no es cierto porque cuando amas a alguien luchas por esa persona, sin importar las probabilidades.
- Leo escribió esta carta para ti antes de la operación.
Violetta comenzó a leerla:
"Dejaste un abismo entre tú y yo cuando te fuiste. No te he podido olvidar, no sé si a ti te pasa lo mismo. Toda mi vida cambió, me falta tu amor, siento que pierdo la razón y hoy te he vuelto a llorar, porque sin ti no quiero vivir. Vuelve, quiero sentir tus brazos, quiero besar tus labios y quedarme a tu lado.
Te escribo estas palabras porque los médicos han dicho que tengo un 20% de posibilidades de vivir."
Violetta en ese momento se derrumbó y Amber la intentó consolar.
Pasaron las horas y seguían esperando. No las dejaban entrar y eso ponía nerviosa a Violetta.
Por fin llegó un médico y dio permiso para que entrara una de las dos. Amber cedió y dijo que entrara Violetta.
Esta no se lo pensó dos veces. Una vez dentro, caminó poco a poco hacia Leo. Le cogió la mano y empezó a acariciarle la cara.
- Leo, soy yo Violetta. Solo quería que supieras que estés donde estés, yo siempre seré tuya.
Las lágrimas no paraban de salir. Pero le dolía verlo así. Violetta siguió hablándole:
- Me encantaría que fuera como en las películas y que con un beso de tu amada te despertaras... Sé que no lo soy pero debo intentarlo.
Entonces se acercó a Leo hasta que sus labios se juntaron en un beso. Luego se fue alejando poco a poco, le soltó la mano para irse y en ese preciso momento, su corazón paró.