Sigo Siendo Tu Mejor Amigo (Ben Drowned )

Un nuevo estudiante

Una vez fuera del hospital toco volver a mi peor pesadilla. El instituto. En verdad lo odiaba. El solo volver a verle la cara a todos hacía que se me revolviera el estomago. No me hacía mucha ilusión volver a ver a esa gente y que hicieran preguntas.

Me explicaron varias cosas que habían pasado en el centro. Explicaron la situación por la que había estado ausente. Cosa que me daba mucha rabia, pues una vez que Benjamin me recogió en la puerta de mi urbanización nos dirigimos a clases y en la calle en la que se encontraba el centro había mucha gente que aún no entraba. Mientras caminábamos por la acera podía sentir toda sus miradas de lástima y piedad clavadas en mi.

-Cabrones hijos de puta- susurré. Benjamin me dio un golpe por mis malas palabras y me regañó. Yo le miré mal y le reproche el golpe -Dime que no has pensado en soltarle una hostia a alguno aún que sea una vez.

-Todos los días a todas horas. Aún así pueden oirte y no queremos que los profesores se enteren - contestó.

Al entrar a clase fui directa a mi tutor y como pasé fuera tres semanas y, en época de cambio de sitios, ya que los que teníamos eran provisionales por ser los que elegimos nosotros el primer día de clase, pregunté si cambiaron los sitios. Y así fue. Mi sitio ahora en primera fila, pegada a la pared del ventanal y frente a la mesa del profesor.

Una vez sentada volví a sentir como como ne quemaba la nuca. A través del reflejo del cristal podía ver cómo muchos me miraban con un descaro. La primera hora fue, como todos los lunes, una clase normal de historia, la segunda hora también pasó normal. No fue hasta la tercera hora que nuestro tutor se volvió a presentar en clase y, junto a él venía otro chico. Un moreno y de ojos marrones bastante delgado. Como lo dirían muchos: he visto conejos con más carne. El profesor le dijo que se presentara y dio paso al momento que me hizo dar cuenta que ese chico me iba a caer bien.

-Pues... hola, me llamo León tengo 15 años, me gusta lo típico: música, videojuegos, leer. Me he mudado hace poco a la urbanización de aquí cerca y... no se que más contar.

-¿León?- preguntó alguien por el fondo. - Más bien pareces un ciervo ratón.

Hubo una carcajada y risas de algunos de la clase, pero él solo se quedó mirando con cara de asco y asombro. Una vez su cara se relajó empezó con unos aplausos sarcásticos.

-Wow, o sea si el nivel de la comedia está por aquí- puso su mano a la mitad de su pecho-, tu chiste está por aquí- esta vez la colocó un palmo sobre su cabeza.- ha sido la revolución de la comedia.

-Acostúmbrate, es el primero de mucho- añadí yo. León ne miró y notó el cansancio en mí. También pude observar lo que parecía una mirada de lástima, la cual, por ser suya, no me enfadó. ¿Cómo iba a hacerlo? Acababa de llegar, ni siquiera lo conocía, el no tenía la culpa de mis mierdas.

Tras un regaño por parte del tutor por el chiste, le dijo a León donde se sentaría, por desgracia, al otro lado de la clase.

Los días pasaban más o menos normales, León se iba integrando el la clase e iba pillando las dinámicas de esta. Respecto a mí, nadie se disculpó nadie dijo nada, parecía un tema taboo. Incluso cuando los profesores me hablaban de lo que habían hecho ese tiempo que yo había estado en el hospital lo mencionaban como "mi ausencia". Llegado el jueves y la clase de ética nos tocó colocar la clase para dejar las mesas a los lados y hacer un círculo con las sillas para tener una tertulia sobre un libro.

-Bueno, ya que ni Killian ni León habéis estado presentes en las anteriores clases quedáis exentos de esta clase hasta poneros al día- comentó el profesor. Seguido de eso preguntó por quienes no habían traído la frase que más les había gustado del libro, me avergüenza decir que más de la mitad de la clase no había sido capaz de leer 3 capítulos de un libro y sacar una frase que que haya hecho pensar.