Sigo Siendo Tu Mejor Amigo (Ben Drowned )

Operación: cambio de sitio (Parte 1)

-Killian- se escuchó desde el otro lado de la clase. Yo levanté la vista de mi cuaderno y miré hacia atrás solo para notar una bola de papel impactando en mi cara dejándome un poco aturdida por la situación. Era una bola de papel por lo que no iba a hacer daño, pero jodía que me la hubiesen tirado. -Perdón.- se volvió a escuchar cuando la bola llegó al suelo ya que no la pude agarrar.

Me agaché por la bola y la desarrugué para saber que tenía dentro. "Has terminado los ejercicios de mates" Levanté la vista para ver quién había sido y pude ver a León clavandome la mirada. "Sí", escribí y se la volví la lanzar. Al cabo de unos segundos la nola de papel cayó nuevamente en mi mesa."Dejamelos", "Ven por ellos" y volví a lanzarla. En un momento sentí como rebuscaban en mi mochila y sin levantar la vista de mi mesa le agarré del brazo. Supe que era él al notar lo fino que era.

- Quédate aquí. Que estoy muy solita- le dije y eché la silla hacia delante para que pasase a la mesa que tenía al lado que estaba vacía. Iba a pasar hasta que me di cuenta que no traía nada. -Hijo, pero tráete la mochila.

-Nos van a regañar- se escusó él.

-Tú te la traes y punto. Si dicen algo ya te vuelves a tu sitio- le contesté yo a lo que León obedeció y volvió a su asiento por sus cosas. Cuando estaba por sentarse una voz lo detuvo.

-Descarado, vuelve a tu sitio.- dijo Carmen. -Nada de cambios. Que porque seas nuevo no quiere decir que tengas privilegios.

-¿Te molesta?- pregunté yo mientras agarraba el brazo de León para hacer que se sentase de una vez.

-Sí. Porque si nadie se puede cambiar, él tampoco.

-Ay, hija, ¿qué más te da? Siempre lo hace alguien y no armas tanto escandalo- contesté. Podía ver la rabia que tenía por como le había contestado.
Toda quedó en silencio cuando fondo se escuchó un "Uhhhhh, lo que le ha dicho". El barullo se escuchaban de aquí y allí y ahí fue a mi a quien le jodió el comentario. -A ver, ¿qué he dicho?- comenté girando airada hacia Álvaro.

-Eh, eh, eh. Te me relajas - comentó levantándose de su sitio.

-No- esta vez me levanté yo. - Relajate tú. Que contigo no va la cosa y aún así te metes. Que solo buscas pelea porque te aburres.

Otra vez silencio. Había tanta tensión en aquella aula que parecía que en cualquier momento iba a estallar una guerra campal. Álvaro abrió la boca para hablar hasta que por la puerta entró Miguel, el profesor de esa clase que había salido a hacer unas fotocopias.

-¿Me explicais que está pasando?

-León se está cambiando de sitio- contesto Carmen con rapidez. Miguel miró a León y luego a mi ya que yo también estaba de pie en ese momento.

-No hay cambios de sitio. León, vuelve a tu mesa.- Ordenó y prosiguió su camino hacia el escritorio del profesor. Álvaro se volvió a sentar en su sitio y carme sonrió con superioridad.

-No se está cambiando de sitio- intervine yo -, solo ha venido a pedirme ayuda con los ejercicios que has dejado.

Miguel me miró de arriba abajo e hizo lo mismo con León. Claramente notó la mochila en las manos de León y me miró con una expresión de confusión irónica en la cara. Claramente no había nacido ayer y llevaba suficientes años como docente como para que unos chavales le vacilasen. Obviamente sabía que no era sólo por unos ejercicios.

-¿Y la mochila qué? ¿La tiene pegada al brazo?- preguntó cruzándose de brazos e inclinando un poco la cabeza para mirar por encima de sus gafas rectangulares.

-¿Comodidad?- Más que una respuesta fue una tímida pregunta junto con una medio sonrisa santurrona, la cual yo le seguí con ojos de cachorro, esperando que Miguel lo aceptara como respuesta. Este se subió las gafas y suspiró masajeandose una de sus sienes.